EN LA OSCURIDAD

Secuestro detallado de diez meses por varios lugares de Siria. La historia es dura, por lo que pasaron, aunque podía haber sido peor. Después de todo, se llegó a llevar bien con algunos de los secuestradores. Pero esa incertidumbre de si te iban a matar o no al día siguiente, porque tú gobierno no te rescataba, era fatal. Mienta muchas costumbres del pueblo sirio, como lo intentaban convertir al Islam, como los insultaba en español para que no lo entendieran, en fin, que muy entretenido y muy recomendable

Relato cronológico del secuestro de tres periodistas españoles en Siria. Lo elegí porque, recientemente, ha sido liberado otro español de un largo cautiverio y mencionó este libro en una entrevista, resaltando lo mucho que le ayudó a sobrellevar tan largo y angustioso episodio. Imagino que saber que otras personas han pasado por situaciones parecidas y sobrevivido a ellas, anima a no rendirse. A pesar de que Antonio intentó acabar con su vida cortándose las venas, se dió cuenta del daño que provocaría en sus seres queridos, por quienes soportó aquello, para conservar la esperanza de volverse a abrazarles. Me quedo con el mensaje de que uno de los peores sufrimientos fue la soledad. La incertidumbre, los padecimientos físicos y morales también fueron duros, pero lo que logró desequilibrarle y perder la cabeza fue no poder comunicarse con nadie. Comentar y analizar el radicalismo islámico que demuestran sus captores, que llegan hasta el esperpento y el absurdo, no hace más que añadir a la historia más sinrazón al secuestro. Al final, parece que todo fue resuelto con dinero. Muy emotivo el momentazo de la llamada telefónica a su madre. Qué importantes son nuestros seres queridos, fueron su "faro en la.oscuridad". R Le honra que, tras declarar la más profunda aversión hacia sus captores y lo que representan, al final les perdona y trata de comprender su situación en medio de tantos intereses, ideología y dogmatismo. Prefiere volver a su vida y no cargar con el rencor ni el odio, que tanto pesan. Y hace muy bien.

Muchos conflictos morales los que se presentan al leer su experiencia. Es inevitable sentir una profunda repulsión hacia los secuestradores, y más pensando en la cantidad de atrocidades que perpetran los que están aún más fanatizados que ellos. El mismo Pampliega confiesa que llega a sentir odio hacia el islam por lo mucho que intentan hacer que se convierta, por el poco respeto que muestran hacia todos los que no piensan como ellos, y por su enrocada idea de que todo el mundo es malo... salvo ellos. Por otro lado, también hay que tener en cuenta que los países árabes han visto mucha destrucción; los jóvenes que han visto morir a toda su familia a causa de los intereses de países del primer mundo, son el caldo de cultivo perfecto para la yihad contra Occidente, porque llega un punto en el que no conocen otra motivación que no sea la venganza. Es más, apenas había secuestradores que no hubieran perdido al menos a un familiar en la guerra. Tristemente, lo que no entienden muchos occidentales partidarios de estos grupos rebeldes islámicos (rebeldes que actúan solo en base a sus propios intereses, no a los intereses de la sociedad en la que viven), es que no se van a apiadar de ellos si su yihad llega cumplirse; todo occidental no convertido va a pasar por la hoja de su cuchillo, sin importar que hayas estado en todas las manifestaciones pro Palestina habidas y por haber, y esto queda aún más claro tras leer las conversaciones que el periodista mantenía con algunos de sus captores (cuando estos no le molían a palos). Se puede entender la rabia que los más radicalizados llevan dentro; no se puede entender que Occidente se comporte como si esta rabia fuera un sentimiento momentáneo de "quita y pon". Y esto es algo que tanto Pampliega como sus compañeros, y como muchos otros que siguen secuestrados, han vivido de primera mano, por desgracia. El conflicto yihadista no va a acabar de un día para otro.

Fácil de leer y angustioso en muchos momentos. Joder lo que pasaste Antonio…

Una historia muy dura. Desgarrador.

Buen libro. Relato crudo de 10 meses de secuestro. Sorprende el detalle con el que recuerda las cosas y transmite una mínima parte de la angustia que debió sentir

De lectura fácil y rápida. Recomendable, algo diferente a lo que acostumbro a leer, pero interesante.