Ariel Chipman, un profesor de Filosofía especializado en Spinoza que ha consagrado su vida a proclamar el imperativo del goce de vivir y la supremacía de la razón, se suma en una gran depresión. Nadine Chipman, su esposa, comienza a estar harta de su marido, de su enfermedad y del matrimonio, y se pregunta por qué no serle infiel, antes de que sea demasiado tarde para una aventura, para la aventura de vivir.
Novelita corta pero muy bien trabajada. Se compone de ocho partes, en cada una de las cuales uno de los personajes se dirige a uno o varios de los otros personajes para plantear y desarrollar su punto de vista. Acá hay uno de esos malabares que tanto critico, pero en este caso me parece que funciona: se prescinde de los demás signos de puntuación para construir los párrafos únicamente con comas y algunos puntos, especialmente al final de cada uno. Al principio es un poco molesto pero al cabo de poco tiempo me fui acostumbrando. El relato está lleno de puntos de vista muy interesantes acerca de temas diversos como la insostenibilidad del matrimonio o la tristeza que invade los espacios de la vida, hasta otros aparentemente tan banales como la marca del coche o la necesidad misma de tener un coche. El eje de la historia es la relación matrimonial, muy deteriorada por el tiempo, de un profesor de filosofía (Ariel Chipman) experto en Spinoza, que con el tiempo le tomó fastidio, y su esposa, Nadine, que ya no soporta a su marido, y que ve una afrenta personal en muchos de sus gestos o actitudes cotidianas. "La locura no lo disculpa todo. La vida conyugal nos ha matado, como mata a todo el mundo" dice Nadine a su psiquiatra.
Muchas cosas pueden tener sentido y pertinencia, es la vida la que no los tiene. El todo no tiene ningún sentido pero cada una de sus partes por separado, sí."
... pasaste riendo de un año al otro, sin ninguna ansiedad, cómo se puede atravesar el tiempo sin ansiedad,...
... te interesa la suerte del planeta y te doy la razón, los bosques, los animales, sí, ..., la vida del pensamiento fue un error, ..., nos pusimos para nuestra desgracia del lado de los eruditos, Nadine, querrías por favor echar tan solo una ojeada al animal que yace a tu lado.
...la corbata de..., la última tenía una combinación a base de tritones, es para mí como un latigazo, como si hubiesen abierto una ventana y dejado entrar una borrasca. Quiero que cierren las puertas y que cierren las ventanas, no quiero sentir el soplo de ningún acontecimiento.