Marino Gómez-Santos ha escrito esta memoria total de su niñez y adolescencia. Con un titulo de inspiración proustiana, es un texto en que recrea instantes familiares y observaciones urbanas, un ambienta apacible interrumpido por los sobresaltas de los últimos meses de la Republica. Quedan reflejados el comienzo de la Guerra Civil bajo el terror de los bombardeos nocturnos de la aviación; la destrucción de la casa familiar por el fuego inducido por las tropas defensoras; el refugio donde se enjambraban ancianos y niños; el instante en que una nube de polvo de piedra invade los aledaños de la catedral, cuya torré es abatida por la artilleria; las colas nocturnas en la tahona del Molinon y en el Campo de San Francisco, donde distribuían cubos de agua