Lady Hamilton en su lecho de muerte se encuentra arrepentida de muchas acciones que hizo durante su vida y quiere la absolución, pese a ser protestante pide a un sacerdote católico que lea sus memorias para que decida si merece o no el perdón de Dios. Luego de leer el sacerdote las memorias, la bautiza como católica, la absuelve de sus pecados y muere en paz. A partir de aquí se empieza a conocer lo que contiene este diario.