A mediados del siglo XX, Carlos Denegri era el líder de opinión más influyente de México. Reportero estrella del diario Excélsior, tenía una red de contactos internacionales envidiada por todos los periodistas. Mimado por el poder, como columnista político sobresalió por su falta de escrúpulos, al grado de que Julio Scherer lo llamó "el mejor y el más vil de los reporteros". Industrializó el "chayote" cuando esa palabra todavía no se usaba en la jerga política. En su Fichero Político, donde fungía como vocero extraoficial de la Presidencia y cobraba todas las menciones, podía difamar a cualquiera con impunidad absoluta. Según Carlos Monsiváis, un coscorrón en esa columna representaba "una temporada en el infierno" para cualquier aspirante a un cargo público. Aunque ganaba millones por publicar alabanzas, se hizo más rico aún por medio de la extorsión, callándose lo que sabía de sus poderosos clientes. La personalidad pública de Carlos Denegri es indisociable de las atroces vejaciones misóginas que cometió en su vida privada. Era tan prepotente y déspota en el trato con las mujeres como en el periodismo, de modo que su patología fue a la vez íntima y social. Radiografía del machismo a la mexicana y epitafio de la dictadura perfecta, esta novela es un estudio de carácter incisivo y mordaz, sustentado en un arduo trabajo de investigación, que por momentos linda con la farsa trágica. Enrique Serna vuelve a una de sus vetas narrativas predilectas, la reconstrucción del pasado, para entregarnos un fresco histórico apasionante.
Una gran novela que retrata crudamente los lazos de favoritismos y censuras entre la política y el periodismo de México durante los años posrevolucinarios y hasta la década de los 70, a través de la biografía novelada de Carlos Denegri a quien llama "El vendedor de silencio".
Un secreto de familia es un tumor en gestación, masomenos maligno según la edad del enfermo que lo guarda
Qué mal negocio era el desamor: la enorme cantidad de tiempo invertida para conocerla a fondo y alcanzar con ellas un autio grado de intimidad, tirada a la basura por el mutuo egoísmo y la incomprensión