No resulta fácil construir una saga de libros. El autor corre el riego de enamorarse de su, o sus protagonistas. Esto le impide parar. No puede «matar» al objeto de sus afectos, o peor aún; no sabe cuándo debe parar. Los tres primeros libros de la saga de John Cleaver son muy buenos y uno de ellos rayando en la excelencia del género. Son libros digeribles de un solo tirón. Tanto que uno desearía que continuaran. Esta segunda trilogía, que comienza con un «nuevo y corregido» protagonista, evolucionado como si fuera un sayayin, cumple con los estándares de la industria del consumismo. Bueno para generar un guion de película. Cobijado, ahora, por un grupo de des adaptados sociales, se convierten en luchadores contra seres supra humanos, elevando con esto la posibilidad de desarrollo de las nuevas historias de la saga. Un protagonista con solo aliciente, por lo menos hasta el cuarto volumen que he leído. Me quedo, hasta ahora, con «No soy un serial Killer»; y en términos generales, con la primera trilogía escrita por Dan Wells. Un adolescente, luchando por construir algo, alejándose de sus monstruos internos. Algo que nos ocurre en alguna etapa de nuestras vidas, aunque los monstruos sean distintos y, no por ello, menos aterradores. En espera de saber que deparan los dos últimos libros del nuevo período de John Wayne Cleaver.
Cada vez amo más esta saga. Una saca conclusiones, pero nada es lo que parece. John es un personaje que tiene un desarrollo y evolución excelente. La historia es fabulosa, es muy notable como Dan wells estudio y se informo de tantos temas. Ya comenzaré a leer el siguiente ^^
En verdad estuvo muy bueno fue hermoso lleno de suspenso, terror y con ese toque que solo Dan nos puede dar😍
La continuidad del anterior libro es genial. Pero realmente muy triste. El protagonista John tiene que trabajar con un grupo que no quiere, lejos de su familia y su hogar. El final es sensacional, pero simplemente me partio el alma el giro que toma la saga en este libro.