EL ÚLTIMO VIAJE DEL BUQUE FANTASMA

Al leer este cuento, he vuelto a recordar ese episodio de mi infancia, muchos años atrás. Jugaba yo en el patio de la casa campesina de los abuelos, cuando por entre las nubes que cubrían casi todo el cielo, veo aquello. No sé lo que era, pero en ese pedazo de cielo, justo arriba del techo de la cocina a fogón vislumbré una especie de barco que se deslizaba por el aire, y desde abajo se distinguía nítido con su panza y su quilla de color metálico. Se desplazó silencioso y desapareció arriba de las nubes. Excitado a más no poder, fui corriendo donde los adultos a contar lo que había visto. Ante mi impotencia y frustración, no me hicieron el menor caso y pese a mi pataleta, no hubo atención ni escucha. Además, obraba en mi contra cierta tendencia a la imaginación desbocada. Cero pesque, dicen en mi tierra. ¿Qué fue lo que vi? ¿Un dirigible de otra época en vuelo de exhibición? ¿La panza de un globo aerostático? ¿Un ovni? ¿Una proyección de mi mente fantasiosa? (sé que la mayoría se inclinará mayoritariamente por esta última opción). Al protagonista del cuento le pasa algo parecido, aunque a otra escala. Recuerda de adulto, que en ciertas noches de vigilia siendo niño, observaba cómo un enorme trasatlántico silencioso, pasaba frente a la costa de su pueblo y encallaba en los arrecifes. Los vecinos, ya aburridos de la historia que contaba, hecha ya una letanía, hasta una paliza le dieron. Pero el persistirá, para demostrarles a todos lo que parece que sólo él podía ver. ¿Le creerán finalmente? Una joya de Gabo es este cuento fantástico de antología, que apunta a la perseverancia y la fe en las convicciones propias. Una delicia de punta a punta, en que las palabras se van entrelazando, sólo como él sabe hacerlo, en este caso sin diálogos y donde el único punto aparte es el del rotundo final.

Breve relato del gran Gabo. Tuve la oportunidad de escucharlo en audiolibro. Conserva toda la prosa de este gran escritor. Sentí un poco que estaba leyendo una parte de "Cien años de soledad", hasta llegué a creer que esta historia se referiría al galeón español que se encontraba encallado a muchas millas del mar en dicha obra. Una bonita historia fantástica, en donde al protagonista nadie le cree lo que dice ver cada noche del mes de marzo, hasta que él mismo demuestra lo contrario. Me quedo con la frase que más se repite en la historia: "Ahora van a ver quién soy". 4.5/5