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Sinopsis de EL ULTIMO ENCUENTRO

Novela magistral que tiene como centro la búsqueda de la verdad como fuerza liberadora, como soporte ético imprescindible para sobrellevar el transcurso de una vida. Que tras permanecer en el olvido durante más de cincuenta años fue rescatada por la prestigiosa editorial italiana Adelphi y se colocó rápidamente en el primer puesto de las listas de libros más vendidos de Italia. La tremenda exactitud de su prosa, apenas atemperada con un barniz de refinada melancolía, unida a la vigencia de sus propuestas morales, sitúa a Sándor Márai entre los grandes escritores europeos de este siglo. Un pequeño castillo de caza en Hungría, al pie de los Cárpatos, donde alguna vez se celebraron elegantes veladas y cuyos salones decorados al estilo francés se llenaban de la música de Chopin, ha cambiado radicalmente de aspecto. El esplendor de antaño ya no existe, todo anuncia el final de una época. Dos hombres mayores, que de jóvenes habían sido amigos inseparables, se citan a cenar tras cuarenta años sin verse. Uno ha pasado mucho tiempo en Extremo Oriente, el otro, en cambio, ha permanecido en su propiedad. Pero ambos han vivido a la espera de este momento, pues entre ellos se interpone un secreto de una fuerza singular. Todo converge en un duelo sin armas, aunque tal vez mucho más cruel, cuyo punto en común es el recuerdo imborrable de una mujer. La tensión aumenta, línea tras línea, hasta que se hace casi insoportable, pero la prosa continúa, implacable, precisa, fiel reflejo del empeño de los protagonistas por hurgar hasta en lo más recóndito de sus almas, allí donde se encuentran esas verdades cuyo descubrimiento provoca, al mismo tiempo, un insoslayable dolor y un incontenible impulso vital.

71 reseñas sobre el libro EL ULTIMO ENCUENTRO

Llegó la hora de reconocerlo. Sé que cambiaré el mundo. La más desesperada búsqueda de todos los tiempos al fin da sus frutos. Hay vida extraterrestre "inteligente" Provengo de un planeta a mitad de camino de Marte y Próxima Centauri. Tras mi opinión sobre " El último encuentro " me resultaría muy difícil seguir ocultandolo. Así que ahí lo dejo. Soy alienigena. Que cada cual lo asuma como pueda. Sándor Márai sabe muy bien como asentar una idea en la conciencia del lector. Es imposible que alguien pase por alto, que los dos amigos de esta historia se reencuentran 41 años después. Y es imposible a fuerza de repetición. No veo necesidad alguna ni justificación poética en el hecho de que el autor recuerde más de 60 veces a lo largo del libro los 41 años de separación. Hay más. Cito; "luego examinó la pistola minuciosamente...era una pistola antigua, de seis cartuchos. Todos estaban en su sitio. Con un gesto mecánico guardo la pistola... (ahhh, pensé que iba a guardar una lechuga)" Sinceramente en tres párrafos...sobran pistolas. No es un hecho aislado. Rara es la página donde no hay este tipo de redundancias, repeticiones o ausencias de sinónimos sustitutivos. Desconozco la lengua húngara. No se si esto es culpa de autor o traductora (Judit Xantus Szarvas en mi versión) pero a mi me entorpece, me disgusta y me descoloca a partes iguales. No lo entiendo. No comprendo como una pluma tan absolutamente abrumadora, llena de belleza desgarradora, de ideas sublimemente plasmadas, con descripciones exactas, cae una y otra vez en el más párvulo error de la escritura. En poesía bien utilizado es bello. En prosa, un arma de doble filo y su abuso, una decepción. La novela argumentalmente es muy floja. Una primera parte donde se habla del pasado visto desde el presente. La segunda es un monólogo casi filosófico sobre la amistad, la fidelidad y la verdad. El anfitrión no deja hablar al invitado, lleva todo el peso de la conversación. La búsqueda de esa verdad, como fin de un camino, para esperar en paz la llamada de la muerte. Aquí si, lo reconozco, francamente hermoso. Lo he dicho antes. Soy extraterrestre. No tengo corazón. O tal vez mis latidos vayan a otro ritmo. Carezco del menor interés por conocer la verdad de aquella ex y su séptimo círculo del infierno más de 20 años después. Pasados 41, me la soplará justo el doble. Soy así. No tengo remedio. Ni lo quiero tener. Superado cualquier duelo, no preciso respuestas y ante esta texitura, sinceramente, la novela me toca un pie. Maestro y becario en un mismo renglón me sobrepasa, mi percepción, mis gustos y mi concepto de armonía están muy lejos de esta obra, a la que salvo de una peor calificación, porque hay partes soberbias, magistrales. Únicas. Pero cuando un romano sube y baja de su corcel demasiadas veces en un trayecto, no puede evitar acabar con el culo escocido. Lego todos mis libros a mi esposa y dos hijas. No os gastéis un chavo en misas, no se me espera en el cielo. Gastarlo en viajes y buena gastronomía. El coche es del banco, devolverlo o quemarlo, lo mismo me da. No tengo reproches pendientes ni verdades por confesar, entre otras cosas porque lo que no te he dicho ya, no lo oirás jamás. Amantes de Sándor Márai, gracias por la espera. Ya tengo todas mis cosas en orden. Procedan a asesinarme.


Reseña complicada. Siento que todo lo que diga para explicar las razones por las cuales me encantó este libro puede ser un posible spoiler. Estando tan limitada, solo me queda ceñirme a un mero aspecto del relato, que de hecho, es el que lo hace un libro inolvidable: la forma en la que está escrito. El estilo narrativo de Sandor Marai es hermosisimo. Sin ser ilegible, tiene una complejidad, una riqueza verbal y una belleza que te quitan el aliento. El tipo es intenso, es pasional y sabe lo que hace. No solo elige palabras bonitas, también maneja excepcionalmente los tiempos para lograr el mayor impacto. Más allá de esto, es solo un relato terrenal, en el que dos hombres en el ocaso de su vida, se reencuentran para saldar cuentas, después de 41 años de odios y enemistades. Aún asi, " El último encuentro" es un libro que te recordara que el lenguaje es bello y poderoso, y que una sola palabra encierra en ella la capacidad de provocarte sensaciones verdaderas. Es un libro para entender por qué la literatura nació para ser amada.


Qué duda cabe que está muy bien escrito. Pero hay que leerlo a sorbitos, para degustar las descripciones, las profundidades de las ideas, las imágenes de las cosas. Y la trama es muy simple: después de cuarenta y un años sin verse, dos amigos se re encuentran para desnudarse el alma y poner fin a aquello que han rumiado en esa larguísima ausencia. La búsqueda de la verdad, la decadencia en el cuerpo, el fin de una época y en el centro, las reflexiones profundas sobre la amistad, la vejez y la fidelidad son lo que dan el sello de esta novela, de un escritor que no tuvo el debido reconocimiento en su siglo. Es un ejemplo de cómo hacer maravillas con el lenguaje. Márai, como en las más logradas escenas de una obra de teatro, va describiendo desde el alma de los personajes hasta las cortinas de una habitación. Y la amistad con su significado ronda por toda la novela. “Uno está convencido y como mi padre lo entendía, de que la amistad es un servicio”, señala, y es aquello que va más allá del compañerismo, la camaradería y los intereses comunes. Y que la verdadera amistad no espera ninguna recompensa. Incluso en la traición “¿No sería obligatorio aceptar al amigo desleal de la misma manera que aceptamos al abnegado y fiel?” Celebro esta forma de escribir, de combinar las palabras para lograr un conjunto pleno y armónico, en que además los tiempos para cada cosa se manejan de tal forma que la atracción por lo que uno está leyendo, va in crescendo hasta el desenlace. Pero, justamente hablando de desenlace, allí está, creo yo, el punto flaco. Un final abrupto y que se va haciendo cada vez más más predecible, a partir de esos monólogos, que también hay que decirlo, a ratos se hacen reiterativos. De todas maneras, dan ganas de saber leer húngaro, para aquilatar esta obra con toda su riqueza idiomática original. Grande Márai, autor felizmente descubierto, que como buen desconocido gracias a las guerras y los regímenes poco amigables con su prosa, prácticamente no fue merecedor de ningún premio relevante. Pero, como Kafka y otros, Márai, es reconocido años después por quienes son los más importantes, nosotros los lectores, incluso por esos aprendices como yo, también insaciables obreros de la tarea autoimpuesta de seguir correteando a la buena literatura.


Dos buenos amigos que crecen y viven juntos durante años aún siendo muy diferentes ,tras separarse inesperadamente se vuelven a ver tras décadas sin saber el uno del otro. Es hora de saldar viejas cuentas,contarse lo que ocurrió,las razones de esa espera dilatada,los sentimientos y emociones no comprendidos, la resolución y la duda, la confrontación de pareceres, el conocimiento de la verdad. La prosa de Marai es elocuente, elegante, cálida y profunda.Al margen del contenido,su mensaje te impregna y reconforta,como un abrazo sincero que recibes cuando más lo necesitas. Las descripciones de los personajes son tan precisas, que terminas conociéndolos profundamente.El relato va creciendo en intensidad alternando momentos altamente emotivos,combinando el suspense ,el monólogo,la reflexión.El resultado impecable. Un verdadero placer para los sentidos,un relato memorable, un tesoro literario.


Publicado en 1942. A sus 75 años y después de 41 años y 43 días de espera alguien regresa a la vida del general para dar fin a los asuntos que estaban sin terminar. ¿La espera habrá merecido la pena? Eso tendrás que averiguarlo. Escrito de una forma impecable, con grandes reflexiones sobre el amor, la amistad, la vida y la muerte. Un libro para leer despacio y saborear cada detalle.


Sin duda este será una de mis mejores lecturas para agregar a mi lista de favoritos. Dos amigos ya ancianos y con heridas abiertas, deciden en el ocaso de sus vida darse una oportunidad de zanjar esos asuntos que en el pasado cambiaron sus vidas. Un libro que en tan pocas páginas dice tanto de la vida, de cómo nos afecta la amistad de quien decidimos que sea nuestros amigos de verdad y comprender la actitud que queda lejos de nuestro entendimiento cuando nos hieren profundamente. Libro muy recomendable.


Este libro ha sido una auténtica sorpresa porque ha resultado que Sándor Márai es un escritor excepcional que sabe poner la palabra precisa en el momento adecuado. Es un verdadero placer el leerlo independientemente de la historia que cuente. Aunque en este caso ,la historia también es interesante porque ansias saber que les ocurrió a estos dos amigos hace más de 40 años para que aún tengan un asunto pendiente que les ha atormentado durante tanto tiempo. A lo largo de sus páginas va aumentando la tensión pero todo es descrito con una sutileza maravillosa. Márai pasa a ser uno de mis autores incondicionales, sin duda repetiré con él.


Me gustó mucho mi primer libro de Sandor Marai. Leeré otros. Tiene una espectacular elegancia y precisión para elegir las palabras. Es un libro corto, que se centra en un encuentro, uno solo, entre dos viejos amigos. En ese escenario, el autor logra transmitir el ambiente y el clima de la conversación de una manera muy sensible. La tensión va subiendo hasta niveles increíbles en un monólogo que abarca la mitad del libro. Esa tensión es lograda sutilmente, sin escenas violentas ni gritos, casi sin movimientos de los protagonistas. Los secretos, la búsqueda de la verdad, lo explícito y lo tácito. Todo en juego en una cena. Lo recomiendo.


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