EL TÍO GORIOT

No les puedo mentir, es un clásico y no esta escrito para todo publico. Es de otra época, otro tipo de personas. Las descripciones son numerosas porque, en ese tiempo, eran necesarias, no sólo sobre los escenarios sino también de las personas. La forma de la escritura es fácil de llevar, porque a pesar de su vocación de correctitud, tiene por objeto entretener al lector. Me gustó mucho la forma en la que se manejan los diálogos, pues son fluidos a pesar de que, en ocasiones, pueden ser innecesarios. Pero era otra la forma que imperaba. Ahora, en cuanto al contenido, el mensaje que deja el autor traspasa las fronteras, es imperecedero. Había leído que el gran atributo del autor consistía en poder plasmar por escrito lo más profundo de los sentimientos humanos, y eso es lo más cierto que jamás haya oído, porque estos personajes todo el tiempo están mostrando de lo que están hechas las personas. Contienen características muy marcadas, pero eso los hace cómicos dentro de sus desgracias, los hace humanos dentro del mundo real. Es una categoría de libro que me llama mucho la atención, porque me hace pensar sobre la mejor forma en que una persona puede y debe actuar. Me hace pensar en que no debe esperarse nada de nadie, que es mejor sorprenderse, y ojalá para bien. Me hace ver que la figura del padre consiste en consentir, pero también en hacer personas fuertes e independientes. Es lo bonito de los libros, ves errores que pueden ser cometidos por ti, cometidos por otros. Es necesario aprender sobre ello. Y se sufre también, pero desde la ficción. Verdaderamente la lectura te permite vivir otras vidas. El personaje principal dentro de esta novela es Eugenio, un estudiante que coincide con el tío Goriot en una pensión y que tiene la oportunidad de conocer sobre su historia. En dicho lugar viven varios inquilinos y la mayoría de ellos no respeta al tío, sino que lo tienen como el centro de sus burlas, toda vez que es considerado como una persona soñadora que ha perdido, por decisiones que son explicadas en la novela, su músculo económico y, por tanto, cada día más se degrada la forma en la que vive. Es Eugenio su defensor, la caracterización de lo que debe hacerse, de la bondad y del respeto por las canas. Es el tío la caracterización del desprendimiento, de la vocación de padre, porque tiene dos hijas que desarrollan papeles importantes dentro de la novela, a las cuales las venera. Las recuerdo, intento odiarlas, pero pienso que su padre pudo haber tenido gran parte de la responsabilidad por aquello que yo mismo les reprocho. Se los dije, el autor juega con nosotros, son bocetos de los seres humanos lo que plasma en su historia, bocetos que pueden ser pintados de diversas formas. Es la historia del mundo, de la vida, del que actúa bien y busca el bien, movido por las virtudes, y del que actúa mal y le va bien. No del karma, acá no pasa nada de eso. Es la historia para conocer que el ser humano se ha adaptado a los cambios que exige el paso del tiempo, pero, por desgracia, en su esencia no ha cambiado nada.