Los dos relatos de Baroja que se publican en este volumen tratan de creencias fantásticas respecto a lo desconocido. Por la primera historia desfilan entes de ficción tan pintorescos como el poco sociable holandés Van-Hoff o su criada Cathaliñ, mujer que tiene algo de "bruja"; y por Los buscadores de tesoros, el neurasténico doctor Zubizarreta o el "mitómano" Teófilo Ibíricu. He aquí pues, dos relatos en donde pululan peculiares personajes del mundo literario barojiano narrados con un estilo natural o de "tono menor", uno de los atractivos que estimulan siempre la lectura de las obras del gran escritor vasco.