Breve pero tiene unos párrafos increíbles, hay unas líneas sobre la infancia de Roger Federer que mueven a cualquiera, lo toman a uno desprevenido, DFW pareciera jugar al tenis cuando escribe, te lanza cosas, te lleva donde quiere, y cuando menos lo esperas, remata con efecto, y solo te queda preguntar, cómo hizo eso.