Despierto, soy todo. Aparece alguien que lo confirma, me siento vivo, orgulloso; hasta que ese alguien se vuelve el todo de los demás, me inflo y solo quiero cortarlo de raíz, que nadie lo recuerde, arrogante lo desafío, formulo y ahora lo tengo a mi lado por siempre: ¿Qué respondió? pues vida. ¿Por que a mi lado? porque lo quiero. Con él todo cobra sentido, y no estoy vivo por ser el todo de todos, estoy vivo por ser yo mismo. Cuando leo a Jorge Bucay siento puro agradecimiento. sus palabras y visión de su mundo burbujean constantemente el anhelo de mejorar y ser parte de ese mundo aunque en cierta forma fantasioso, pero noble, vital y esperanzador.