EL TAMBOR DE HOJALATA

Este fue el último libro del año. Lo sufrí todo el año, casi como el COVID 19. Inicié su lectura a fines de febrero, leí una pocas páginas me gustó mucho, pero como en marzo leo mujeres, en abril clásicos y en mayo Latinoamericanos, lo abandoné luego de 28 páginas. Lo retomé en junio y julio meses que no programo lecturas para poder cerrar las que se hayan quedado pendiente y si bien avance al 43% se me hizo pesado y lo dejé en pausa nuevamente. Solo lo pude retomar en noviembre y logré avanzar a cerca del 65%, pero tenia otras lecturas programadas así que finalmente quedo postergado a la última semana de diciembre y sabiendo que debía terminarlo para que no me siguiera al 2021. Que decir de esta obra... que tiene partes magníficas, historias emocionantes, otras duras, terribles y que me hacían valorarla como una gran obra, luego entraba en unos pozos profundos en que la autorreferencia del personaje me aburría, con ideas reiterativas y otras partes eran francamente macabras e incluso asquerosas. Bueno a mi lo escatológico nunca me ha interesado. Bueno, cumplí uno de mis retos que me llevan a intentar leer al menos 1 novela fuera de mi zona de confort al año y en el que están otras novelas: Lolita que si me pareció extraordinaria, En el camino, que también me gustó y otras que siguen pendientes, como Junky, La naranja Mecánica, Transpotting y El resplandor.

Estamos ante un libro inmenso...se publicó en 1959 y tratá sobre la vida de Óscar un niño que vive durante la segunda guerra mundial...no quiero desvelar gran cosa...ya que la magia de leer es descubrir...es una de las novelas más importantes, no ya de la literatura alemana...si no de la literatura universal...en España estuvo prohibido hasta 1978...yo tuve la suerte de leerlo en su idioma nativo... tengo la fortuna de hablar Alemán...en resumen estamos ante un cuento de hadas... adulto...no nos confundamos...un drama político...una autobiografía...una novela bélica...¿ necesitáis más?

El tambor de Hojalata es el último libro que leí en el 2020 y mi primero del 2021. Se divide en tres libros y en cada libro Óscar Matzerath (el protagonista) va contando peculiarmente su historia, su autobiografía, desde un sanatorio donde se encuentra internado (ojo que no es spoiler porque en las primeras páginas se conoce esto). Un niño que decide a los 3 años ya no crecer y cuyo mejor amigo fue su tambor, de principio a fin. El autor junta la historia de Óscar con todo el proceso histórico que vivió la ciudad libre de Danzig durante la segunda guerra mundial y otros puntos muy importantes. Existen varios momentos y matices que se tornan muy oscuros y otros son muy sublimes. Y en ocasiones la inocencia se disfraza del mal. El autor hace y deshace. Algunas veces me costó leerlo pero no por eso perdí las ganas de seguir conociendo a Óscar.

A lo Peter Pan, Oscar se pasea haciendo ruido, para acallar el ensordecedor sonido de la guerra, de la mano de esta ironía ( el no crecer por voluntad propia ) Gunter Grass, atiborra de humor y burla algo que no tiene ni una ni otra cosa, la guerra, sus causas y consecuencias, una mirada bastante imparcial sobre una situación absolutamente parcial.

La verdad es que este libro me costó un poco leerlo, era mi segundo intento. Es un libro que tiene muchos elementos interesantes como la concepción que tenemos de otros individuos que son totalmente diferentes, además de que en algunos fragmentos Grass hace una mezcla de elementos y formas bastantes interesantes. Pero en tanto a su estilo narrativo no me llegó del todo. Pero a pesar de todo es un libro del canon que debe revisarse.

¿Qué es lo que pasa cuando mezclas el nazismo, un hombrecillo marginado y la ácida prosa de Günter Grass? Un relato tan potente como la bomba atómica. Con un personaje principal que vaga por las ruinas de la guerra y posee una cualidad vitricida, y el ritmo desde que nació, las inclemencias del destino que atacan a ultranza a un ser incapaz de defenderse, la constante travesía que desnuda el alma de los ajenos a la guerra, Grass plasma la vida de los olvidados en un ambiente desolador. Oscar niño u hombre siempre será condenado solo por su aspecto inadaptable a cualquier época. La narrativa detalla lo que muchos quisieran olvidar, recordándonos que la memoria es frágil y en tiempos desesperados se cometen los peores errores; tanto así que hizo a su autor merecedor del Nobel en 1999.

En su momento fue catalogado como un libro de difícil lectura. En mi opinión, tal caracterización devino de las cambiantes modalidades de narrador (omnisciente, protagonista, testigo, incluso hay un capítulo que se escribió como parlamentos de teatro) y de estilos narrativos variables, incluso en el mismo capítulo. Por lo demás, rescato el delicado humor (a veces muy negro) y una prosa cuidadosa, imaginativa y sensorial. Me llamó la atención la maestría del capítulo final del primer libro (se divide en 3 libros que se desarrollan en la preguerra, la guerra y la postguerra) y la capacidad de abordar la II Guerra Mundial sin emitir juicios, con una amoralidad de testimonio francamente muy poco común en un tema tan debatido.

El día de su tercer cumpleaños es un fecha determinante en la vida de Oscar, el pequeño que no quería crecer. No sólo es el día en que toma la decisión de dejar crecer, sino que recibe su primer tambor de hojalata, objeto que habrá de convertirse en compañero inseparable para el resto de sus días.