EL SOTANO: UN ALEJAMIENTO

THOMAS BERNHARD

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Sinopsis de EL SOTANO: UN ALEJAMIENTO

1 reseñas sobre el libro EL SOTANO: UN ALEJAMIENTO

Toledo. Antigua sala recreativa y de interrogatorios de la Santa Inquisición. Mayo de 2023. Hora prima, por fastidiar. Pasa Thomas, pasa, disculpa las tempranas horas de esta "reunión " y la curiosa decoración mobiliaria. Tranquilo, es todo vintage. Cosa de diseñadores. Bueno en realidad no. Se le acusa, mi querido escritor, de pesado, insufrible y repetitivo hasta la desesperación. Doce veces las dos mismas palabras en un párrafo, es tortura, vejación y abuso hacia el lector. - Por una vez, como se pone usted, señor inquisidor. - ¡Todo el maldito libro! Dijo él, con un grito salpicado de saliva y los ojos inyectados en sangre. - Es una técnica literaria. - ¡¡Blasfemia!! Escribano, leed la acusación. - Se le acusa acusadamente y acusadamente se le acusa, con la presente acusación que el presente, presenta, para acusar, acusadamente la acusación presente, del presente acusador de la acusada acusación. - No he entendido nada. - ¡¿Ah, noooo?! Así escribe usted, ¡¡hijo de Satanás!! Novela autobiográfica, primera y última experiencia que tendré con el autor. Esta es su condena y mi alivio. Desgranado, no sin sufrimiento, el trabalenguas al que nos somete el tío Tom, uno se queda con cara de pocos amigos... Nos habla la decisión de un estudiante que abandona las clases para trabajar en un sótano, tienda de ultramarinos en la época de las cartillas de racionamiento. Lo más preciso que tiene el texto es la descripción de la degradación del barrio más mísero de Salzburgo, dentro de la misera miseria, (mierda, todo se pega) que toda posguerra deja alrededor. Con ella convergen reflexiones, vivencias y su pasión por la música con una prosa que dan ganas de depilarle a estirones los pelos de los huevecillos. La repetición y la obsesión por remarcar con ella algunos conceptos no es cuestión baladí y hasta reconozco gran maestría en la técnica (blasfemoooo) narrativa. Sin embargo, para mí, provocan la misma sensación que sentarte en un sillón de alfileres. La obra tiene sentido en el sentido que el autor da sentido al sentido(maldito Bernhard) de su perorata. ¡¡Esto sí que es verborrea!! Lo siento, no es para mí. No comulgo con este tipo de literatura donde la excentricidad en la fórmula elegida para escribir se antepone al texto en sí. Para trabalenguas Gloria Fuertes, el resto...un buen compañero de siesta de pijama y orinal. PD. Debo acostumbrarme a acostumbrar a algo nuevo para mi acostumbrada, por costumbre post data final acostumbrada. Mientras por costumbre, busco una costumbre nueva para acostumbrar... ¡¡¡¡¡No me diréis que no es insoportable por dios!!!!! ¡¡Al potro con él!!


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