En su estreno, el Sol del membrillo no provocó el aplauso unánime de la crítica y el público, pero el tiempo se ha encargado de situar este film en el lugar que razonablemente le corresponde. Diez años después de su estreno no resulta infrecuente oír o leer que se trata de la mejor película española de la década de los noventa y una de las mejores en el panorama internacional.