1. ALIBRATE
  2. HISTORIA, POLÍTICA Y CIENCIAS SOCIALES
  3. EL SEÑOR DE ITZEA: APUNTES PARA UNA GEOGRAFIA BAROJIANA

HISTORIA, POLÍTICA Y CIENCIAS SOCIALES

EL SEÑOR DE ITZEA: APUNTES PARA UNA GEOGRAFIA BAROJIANA

ANGEL MARTINEZ SALAZAR

Calificar:

Sinopsis de EL SEÑOR DE ITZEA: APUNTES PARA UNA GEOGRAFIA BAROJIANA

Martínez Salazar nos ofrece un acercamiento a Baroja ceñido al espíritu de su objeto de estudio. Como los de Baroja, el libro es destartalado, proclive a mezclar el dato contrastado con la opinión o el recuerdo de lecturas. Todo muy barojiano, sugerente como para que el lector se aferre al texto, respire en sus remansos y preste su asentimiento a la tesis general de este ensayo: que la narrativa barojiana está muy próxima, en forma y espíritu, a esos “libros de andar y ver” que otros autores han dejado como apéndices menores de sus obras; que toda la novela barojiana constituye una especie de monumental cuaderno de viajes disfrazado (con su corolario de apuntes sobre tipos, paisajes y opiniones). Quizá la novela de Baroja que mejor trasluce su origen viajero sea La dama errante (1908), trasunto del viaje a Yuste que el autor vasco hizo en compañía de su hermano Ricardo y de Ciro Bayo, que noveló la excursión en El peregrino entretenido (1910). Como la novela de Baroja, la de Bayo está presidida por la sombra del atentado contra Alfonso XIII, que convirtió en sospechosos a todos los simpatizantes del anarquismo. Y si Baroja hizo que el protagonista de su novela fuera uno de estos anatematizados militantes, el doctor Aracil, Bayo hace que nos tropecemos en la suya con cierto naturalista foráneo que suscita los recelos de la Guardia Civil. Es este personaje quien somete a la consideración del narrador algunos tópicos sobre la historia de España, sus gentes y sus realizaciones culturales; lo que da una idea cabal del propósito de saber y comprender que guiaba a estos viajeros noventayochistas. La factura literaria no puede ser más opuesta. Frente al prurito barojiano de sencillez, tan frecuentemente colindante con el desaliño más descorazonador, Bayo emplea una jerga entre cervantina y picaresca que, en sus mejores momentos, roza el amor al vocablo exacto de Machado o Azorín. Lo que convierte este libro en un buen indicador de por dónde andaban las preocupaciones estilísticas de la generación que renovó la prosa literaria española y abrió caminos que todavía seguimos transitando.

0 reseñas sobre el libro EL SEÑOR DE ITZEA: APUNTES PARA UNA GEOGRAFIA BAROJIANA

TAMBIÉN SE BUSCÓ EN HISTORIA, POLÍTICA Y CIENCIAS SOCIALES