EL SENDERO EN EL BOSQUE

Marzo/23/2021 Me decidí a leer este libro porque me llamo mucho la atención el título y además me fascinan las portadas de impedimenta, fue un relato sin sorpresas, pero muy dulce e inocente y sobre todo muy relajante, adivinaba según leía que nada malo sucedería en esta historia que me dejo una sensación de mucha paz y tranquilidad. Tiburius es un personaje bondadoso, su nombre verdadero es Theodor Kneight, pero su tío decidió llamarle así un día y con ese nombre se quedó por siempre. El relato comienza con una serie de anécdotas de las más graciosas y rocambolescas sobre Tiburios y varios personajes más. Las innumerables aficiones que tiene Tiburius son de lo más variopintas, muchas de ellas van relacionadas con el arte, posee muchas colecciones de cosas que son poco útiles, por supuesto no falta su afición a la lectura, eso si Tiburius es extremadamente ordenado, le gusta seguir unos rituales que lleva a rajatabla en su vida. Siguiendo la receta del médico, para curarse de los males que dice tener, se va a un balneario, que está rodeado por un maravilloso bosque, la manera que tiene de relatar el bosque me hizo adentrarme totalmente en él y hasta oler ese olor de los bosques tan típico que da tanta serenidad, no es un bosque cualquiera, es un bosque donde todo parece magia, mariposas flores y un sinfín de cosas que normalmente no se ven en los bosques y ojo aparece María la mujer de las fresas. La conclusión que saque de esta lectura, fue que de vez en cuando hay que cambiar de hábitos y de costumbres aunque sea un par de días, que a veces charlar con las personas adecuadas puede que nos curen algunos males que creemos tener, que las cosas que pensabas que no podrías hacer, de repente si puedes hacerlas y es que algunas palabras son mágicas. Fue una lectura sosegada, simpática, muy placentera, un relato con sabor a calma. Posdata: Pero nunca olvidéis que la historia que cuenta un libro no siempre es igual. Extractos del libro: Cada cosa debía ser expresada como a cada uno le fuera más útil, ni más ni menos. Precisamente porque las gentes le consideraban un loco. Y si este hombre le resultaba digno de especial atención fue porque tenía una visión muy particular de lo que era la locura. El ser humano puede ser feliz tanto con poco como con mucho.