Con El secreto de Sarah Wilkie Collins inicia un género en el que demuestra un talento insuperable: la novela de intriga. Dotado de una refinada técnica, el autor de La piedra lunar y La dama de blanco es capaz de urdir tramas apasionantes que van mucho más allá del clásico folletín romántico de la época o de la por entonces balbuciente novela detectivesca.
Una larga historia de epoca (Inglaterra del 1800). Extraña, pero llena de matices.Un secreto que se revela muy al final y que me tuvo en vilo hasta conocerlo.
Tengo tanto que decir, que no sé por dónde empezar. Tiene diálogos con un dramatismo exagerado, pero además hasta rozan lo absurdo y disparatado, tanto que me parecía estar leyendo un intento fallido de emular cualquier libro del gran maestro de lo absurdo, Eduardo Mendoza. Porque hay páginas y páginas que no tienen ni pies ni cabeza, muchas explicaciones de lo mismo repetido, y siempre con ese tono como si todo el rato fuera un culebrón de los malos. Pues eso es el libro y el dichoso secreto, un culebrón típico, diálogos en que todo el rato es una tragedia. Personajes de culebrón que hablan como en un culebrón. "Amor, te amo tanto que no sé respirar si estás lejos, esa señora nunca conseguirá separarnos Carlos Alberto, lo juro por el amor de nuestro hijo muerto" Qué tostón de libro...!