Cuentos que contienen un alto ideal moral centrado en la idea de que la vida no vale nada sin la caridad. Para el propio Wilde, estos cuentos fantásticos están dirigidos a «todos aquellos que han conservado sus facultades infantiles de sorprenderse y de gozar, y que además encuentran sencillas las más sutiles maravillas». Wilde quería agradar tanto a los niños como a los adultos que conservan fresca su capacidad de maravillarse, y reivindicaba, además, para el artista, un derecho ilimitado sobre su arte. El objetivo del escritor de «realizar en determinada materia su idea inmaterial de la belleza, y también transformar una idea en un ideal» está plenamente logrado en esta serie de maravillosos cuentos, llenos de delicadeza y nobles sentimientos.