La perfecta radiografía de una generación atrapada en el miedo. Tan pronto conoce a Ricardo Laverde, el joven Antonio Yammara comprende que en el pasado de su nuevo amigo hay un secreto, o quizá varios. Su atracción por la misteriosa vida de Laverde, nacida al hilo de sus encuentros en un billar, se transforma en verdadera obsesión el día en que éste es asesinado.Convencido de que resolver el enigma de Laverde le señalará un camino en su encrucijada vital, Yammara emprende una investigación que se remonta a los primeros años setenta, cuando una generación de jóvenes idealistas fue testigo del nacimiento de un negocio que acabaría por llevar a Colombia y al mundo al borde del abismo. Años después, la exótica fuga de un hipopótamo, último vestigio del imposible zoológico con el que Pablo Escobar exhibía su poder, es la chispa que lleva a Yammara a contar su historia y la de Ricardo Laverde, tratando de averiguar cómo el negocio del narcotráfico marcó la vida privada de quienes nacieron con él.El ruido de las cosas al caer es la historia de una amistad frustrada. Pero es también una doble historia de amor en tiempos poco propicios, y también una radiografía de una generación atrapada en el miedo, y también una investigación llena de suspense en el pasado de un hombre y el de un paísDescubre el booktrailer:http://www.alfaguara.com/es/video/trailer-de-el-ruido-de-las-cosas-al-caer/
Segundo acercamiento a lo que llaman narcoliteratura luego de "Leopardo al sol" . esa novela dista mucho de la anterior. Me encontré con otro autor sumamente original, con otro tono y otra historia. Hay dos ejes constantes muy interesantes en esta novela: el miedo y el ruido. Este autor tiene una narrativa excelente. Maneja un uso de la trama muy bueno a mi gusto. Tiene un comienzo muy original y enganchable aunque luego se meta demasiado en flashback y la historia decaiga un poco. No deja de ser atrapante, sólo que a mi gusto se volvió un poco largo... Sentí que la forma de contar la historia fue muy original y la obra resultó muy redonda. Vásquez no dejó cabos sueltos. Los sentimientos logran llegar al lector, la sensación de pánico se percibe y se sufre ya que lamentablemente parte de un hecho puntual de la historia de Colombia. La metáfora constante con respecto al ruido, desde el título hasta el final. "El ruido de las cosas al caer" el ruido real y el ruido como falta de silencio. Como perturbación constante. Me pareció fascinante.
No pude continuar con este libro, casi completo 100 páginas y sentí que la historia no estaba conectando conmigo. Creo que es una trama extremadamente descriptiva y aunque es poco redundante, cansa; llega un punto en que sientes que no hay nada sorprendente ni nada que esperar. Le quise dar una oportunidad porque quería más lecturas de autores colombianos, sin embargo, en este caso me queda faltando todo.
"El ruido de las cosas al caer" : Me alegro de haber leído esta novela, es muy buena. Una ciudad, Bogotá. Un país, Colombia. El inicio de una historia de amistad truncada por un asesinato y una caja negra rescatada de un accidente aéreo conlleva a los protagonistas a comenzar la búsqueda del saber, del comprender. La novela refleja de un modo intimista el pasado colectivo de los bogotanos que vivieron su infancia y adolescencia en las décadas de los años 80 y 90, explorando los efectos colaterales que sufrieron al convivir con la violencia, tiros y bombas. Con ese narcoterrorismo que acabaría por llevar a Bogotá y Colombia a lo más profundo de sus miedos. “La edad adulta trae consigo la ilusión perniciosa del control, y acaso dependa de ella. Quiero decir que es ese espejismo de dominio sobre nuestra propia vida lo que nos permite sentirnos adultos, pues asociamos la adultez con la autonomía, el soberano derecho a determinar lo que va a sucedernos enseguida. El desengaño viene más pronto o más tarde, pero viene siempre, no falta a la cita, nunca lo ha hecho". ( Pág. 215).
Este no es un libro sobre narcotráfico. Es una magistral descripción sobre lo que sentíamos los bogotanos en los años ochenta, en medio del estallido de bombas, aviones que se desplomaban y hechos nacionales que se iban trenzando con nuestras propias vivencias de infancia y adolescencia. Escrito en un estilo impecable, es la historia de dos familias transformadas irremediablemente por el narcotráfico y la violencia. | Noviembre 2014.
Autor colombiano (paisano). Premio alfaguara 2011. Es un relato q cuenta un joven q nació en los años 70, recorre con sus palabras la historia de Colombia y Bogotá en esos años. La historia de amor de Ricardo La verde y Elaine es entretenida y fácil de leer. Siento q el final quedo inconcluso... Recomendado.
https://loslibrosdegaelia.com/index.php/2021/07/25/el-ruido-de-las-cosas-al-caer/ Frágiles. Nos rompemos en mil pedazos sin apenas tocar el suelo. Se cuartea nuestra piel dejando ver los surcos que cincelan nuestra alma. Nuestra vida. Continuo miedo a infravalorar las consecuencias que acarrean esa rotura que nos desgasta por dentro hasta cansarnos, hasta deja visible las heridas en nuestro cuerpo. Sin inmunidad. Ni si quiera somos inmunes a esas pequeñas cosas que se aferran a nuestro interior, doblegando, así, la mínima posibilidad de consciencia. Porque seguimos siendo frágiles. Y vivimos con miedo a perder. Y vivimos con miedo a perdernos. Nos lastra lo material. El dinero trastoca cualquier escala de valor y nos degrada hasta empequeñecernos, siendo capaces de dejar a un lado lo que es verdaderamente importante: la vida. Pero basamos nuestra vida, tan etérea, en la materia a la que hemos sumido al Universo. Pero cambiamos la percepción cuando nos perdemos nosotros mismos. Todo es diferente. Porque la fragilidad nos deja sin escudos, a la intemperie, rebajados al mínimo exponente. Porque todo lo importante no se compra, porque todo lo importante no se vende. Cuando nos perdemos en el miedo a ser, en el miedo a sentir, nos alejamos de nuestro cometido: vivir. Vivimos para nutrir de experiencias nuestra alma. Seguimos buscando algo que nos ayude a crecer interiormente, amamos la tranquilidad, abogamos por la satisfacción de seguir viviendo. Porque todo lo demás, cuando nos perdemos, ya no tiene la mínima importancia. En El ruido de las cosas al caer, Juan Gabriel Vásquez, nos hace partícipes de la pérdida metafórica de una persona y su necesidad de buscar. Buscar el regreso, su camino y salir de la truculenta existencia del miedo. Miedo es la palabra que más se advierte entre sus páginas. Miedo al cambio, miedo a encontrar lo que no se quiere, miedo de seguir perdiendo. Increíble narración que nos da una visión muy personal de Colombia, una perspectiva muy humana e insegura de la que se nutre para dejar a la vista ese sentimiento que impera en la novela: el miedo a lo conocido.
La historia es entretenida, atrapa en las primeras páginas e interesante por lo que está mezclado con hechos históricos de Colombia, el narcotráfico y la violencia de los años 70. También hablan del miedo, de los sentimientos, del impacto que producen en la vida de las personas algún acto de violencia. Es un relato que viaja al pasado y vuelve al presente. La conclusión no me gustó, se veía venir, pudo ser mejor. 💔 Y la historia de amor frustrada de Ricardo y Elaine, me partío el corazón, todo por la codicia, la ilegalidad, el destino, qué se yo. ¡Queda recomendado!
📖 El ruido de las cosas al caer ✍🏻 Juan Gabriel Vásquez ✏️ @alfaguaraes , 2011 👀 9/10 Agradecerle a Sergio del Molino el mostrarme a este gran escritor de una prosa portentosa. “El ruido de las cosas al caer, ganadora del XIV Premio Alfaguara de Novela en 2011, es una historia que explora una amistad frustrada, un amor en tiempos difíciles y una investigación intrigante sobre el pasado de un hombre y su país. Antonio Yammara se obsesiona con descubrir los secretos de su amigo Ricardo Laverde, cuya vida oculta y misteriosa lo lleva a investigar su pasado en una época turbulenta de Colombia, donde los ideales chocaron con la realidad y el país quedó al borde del abismo.” #juangabrielvásquez ha subrayado que su novela #elruidodelascosasalcaer que no es una «narconovela» sino una mirada retrospectiva que explora los mecanismos más íntimos a través de los cuales el narcotráfico condicionó la vida de las personas. El propio autor en una entrevista en @el_pais , sostiene que el libro buscaba responder dos preguntas: «¿cómo marcó a una generación ser contemporánea de ese negocio del narcotráfico?, y ¿cómo lo hizo con quienes no tenían nada que ver, pero coincidieron en el mismo espacio geográfico con el negocio?». Es una constante en las novelas del escritor colombiano tener una mirada profunda del pasado. "Todos mis libros quieren pensar en ese territorio tan extraño que es el pasado", aseguró Vásquez en una conversación que sostuvo con el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, para hablar de poesía hace algunos meses. "El pasado es un territorio muy misterioso porque solo es accesible a través de historias" y precisamente sus historias han recorrido el mundo por su genialidad y originalidad.” “hay un ruido que no logro, que nunca he logrado identificar: un ruido que no es humano o es más que humano, el ruido de las vidas que se extinguen pero también el ruido de los materiales que se rompen. Es el ruido de las cosas al caer desde la altura, un ruido interrumpido y por lo mismo eterno, un ruido que no termina nunca, que sigue sonando en mi cabeza desde esa tarde y no da señales de querer irse»
Cada uno envuelto en su hamaca, llenando con palabras el silencio de la noche cálida, pero sin mirarnos nunca, como un cura y un pecador en el sacramento de la confesión"
Pero son todas preguntas inútiles. No hay manía más funesta, ni capricho más peligroso, que la especulación o la conjetura sobre los caminos que no tomamos.
No hay nada tan obsceno como espiar los últimos segundos de un hombre: deberían ser secretos, inviolables, deberían morir con quien muere,
"... pensar en la oscuridad no es conveniente: las cosas parecen más grandes o más graves en la oscuridad, las enfermedades más destructivas, la presencia del mal más cercana, el desamor más intenso, la soledad más profunda".
No hay manía más funesta, ni capricho más peligroso, que la especulación o la conjetura sobre los caminos que no tomamos
somos pésimos jueces del momento presente, tal vez porque el presente no existe en realidad: todo es recuerdo, esta frase que acabo de escribir ya es recuerdo, es recuerdo esta palabra que usted, lector, acaba de leer