Los pueblos de Bretaña llevan años disfrutando de la paz y la prosperidad gracias al buen gobierno del rey Artor y la alianza de las tribus pactada en la Unión de Reyes. Frente al despotismo de su predecesor, Uter Pandragón, Artor gobierna con enorme sentido del deber, con honor y buen hacer. Pero el rey envejece, y a su alrededor empieza a sembrarse la semilla del descontento. Los paganos, en su afán por eliminar las creencias cristianas del territorio, expulsan de sus tierras a sus seguidores. Pero necesitan un símbolo que los legitime y que sirva de vínculo, que una a todos los que no confían en Artor para formar un grupo invencible. La traición llevará a que corran nuevamente ríos de sangre.
Una emotiva tercera parte de la leyenda del Rey Arturo. Arturo ya es un anciano y siente que su muerte se acerca, sin un heredero legítimo debe elegir un nuevo rey. Los sajones siempre atacan y van perfeccionando sus tácticas de combate, el rey sabe que llegará el día en que finalmente invadirán sus tierras. Sus amigos más cercanos y sus parientes más queridos van muriendo en una inevitable guerra civil donde un enemigo muy poderoso busca hacerse del reino aprovechándose del misticismo y el fanatismo religioso de la gente.
Hasta aquí esta trilogía del Rey Arturo, quizá una de las mejores, no hay magia, sino hombres y mujeres de carne y hueso. Nos encontramos con un Arturo ya mayor, al igual que los demás protagonistas de la historia, ya al final de sus días y Arturo tiene que hacer frente a la última batalla y dejar las cosas "bien atadas" La historia se desarrolla en la época artúrica, pero podría ser actual, hay traiciones, amores, engaños, batallas, tanto bélicas como políticas y aparecen personajes de todo tipo, valientes, cobardes, falsos, pero me quedo con la amistad y el compromiso entre los personajes, a pesar de traiciones y demás. Una pena que se acabe la historia, Arturo es de esos personajes que son inmortales, pero me quedan otros libros de él.