Aunque reticente respecto a las torpezas expresivas de unas páginas fechadas en 1935 y 1936, Albert Camus subraya que su fuente de inspiración nace en este libro, «en este mundo de pobreza y de luz en el que he vivido tanto tiempo y cuyo recuerdo todavía me preserva de los dos peligros contrarios que amenazan a todo artista: el resentimiento y la satisfacción.