Emma está enamorada de Michael, un amigo de su madre. En una de sus últimas conversaciones Michael le dice que al igual que Orfeo, si muriera, volvería a por su amada. Poco después llega la noticia de su muerte que es un duro golpe para Emma. Tras quince años y cuando Emma ya mayor tiene su vida resuelta cree reconocer a su viejo amor en un aeropuerto.
En este corto relato, corto en extensión y en esencia, me ha sorprendido lo sobrecargado en exceso de metáforas con que lo ha intentado adornar la autora. Se pierde entres tanta floritura innecesaria. El final, una pretendida originalidad de la autora, desvirtúa y aniquila la inquietante médula del relato. Lástima. Una frase sencillita: " Sólo soy alguien real, un hombre que envejece y a quien el destino ha regalado el encuentro con un ser precioso, al que hiere sin pretenderlo ". Un recuerdo para vosotros, leedores.