Sinopsis de EL RELOJ DE SOL

3 reseñas sobre el libro EL RELOJ DE SOL

Con Shirley Jackson me sucede algo peculiar: es una autora laureada que muchos reconocen como la inspiración para una nueva clase de horror, una suerte de ícono incuestionable... pero personalmente no encuentro sus libros terroríficos en la más mínimo. Son, a lo sumo, perturbadores. Tal vez se deba a mis características como lector, pero es la verdad. "El reloj de sol" está poblado de personajes desagradables. No hay un solo que genere simpatía. Todos son codiciosos, interesados, egocéntricos y así podríamos seguir. La familia Halloran vive encerrada en su gran mansión, en medio de delirios de grandeza, encabezados por la tía Fanny, una mujer obsesionada por el pasado y su historia familiar a niveles casi necrofílicos. La única niña de la historia, su sobrina Fancy, es una niña perversa y malcriada. Los sirvientes son manipuladores y solo piensan en la comodidad y el dinero. Los Halloran se creen grandes ídolos de un pueblo pequeño, cuyos habitantes tienen una mentalidad cerrada y poco cultivada, pero que en realidad los desprecian. La mayor parte de la novela es, lisa y llanamente, aburrida. No sucede nada. La familia y sus diversos visitantes viven inmersos en su microclima, completamente ajenos al mundo exterior. Algo que también le bajó puntos al libro es que después de haber leído "La maldición de Hill House" y "Siempre hemos vivido en el Castillo", es imposible no notar las enormes similitudes. En "El reloj de sol" y "Siempre hemos vivido en el Castillo" (spoilers a continuación si no leyeron esas dos novelas) hay personajes en silla de ruedas con sus facultades disminuidas. En ambas novelas una familia rica vive rodeada de pueblerinos que los detestan. Al igual que en "La maldición de Hill House" hay eventos sobrenaturales que condicionan la trama, pero que apenas se describen oblicuamente. El final, al igual que en esa novela, es abierto y anticlimático. Que un escritor visite los mismos temas en sus obras, sucede a menudo. Pero no que la trama ocurra en ubicaciones virtualmente idénticas, con personajes casi idénticos e idiosincrasias casi idénticas.


Un libro muy bien escrito, con unos diálogos imperdibles, muy sarcástico, con un humor negro muy fino, casi teatral. Se hace un poco largo, con muchas páginas donde no sucede casi nada, pero que se disfruta por la interacción de sus actores. Es un libro que se disfrutan más los diálogos y pensamientos de los protagonistas, que la trama en sí. Tal vez algunos no estén conformes con el final, pero no me hubiera gustado que fuera de otra forma, creo que cierra perfectamente la narración.


De esta novela me gustó mucho la forma en que Jackson usa los diálogos, que no solo son ácidos, sino que transmiten la impresión de que a sus personajes no les importa lo dicen que los demás. También me gustó un momento inquietante del principio: una mujer que se pierde en su enorme jardín, que creía conocer de memoria, y va encontrando estatuas de mármol que están tibias al tacto a pesar de la niebla y la madrugada. Pero en general salgo del libro con una sensación tan ambigua como su historia. Se mueve entre la sátira y lo sobrenatural, pero sin explorar a fondo ninguna de esas posibilidades. Hay una mansión habitada por un pequeño grupo de gente que no se soporta pero tampoco se anima a irse, al principio por conveniencia pero luego por la amenaza de una suerte de fin del mundo, que será la perdición para todos los que estén afuera. Y como todo apocalipsis, también hay una promesa de salvación y de un nuevo mundo, limpio y feliz; solo que los habitantes de la casa no son gente apta para felicidad. "—Orianna —dijo Essex—, ¿crees que seamos felices ahí? —No —contestó la señora Halloran—. Pero bueno, tampoco somos felices aquí." Al final, aunque es una novela entretenida, deja sabor a poco.


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