Volumen compuesto por 13 aventuras, cuatro de las cuales se encuentran, según Doyle, entre las diez mejores del genial detective. Una característica de estas nuevas historias es su mayor teatralidad.
Algo más difícil que crear un personaje es matarlo. Algo peor de complejo es revivirlo. Este libro fue el regreso a la vida de uno de los detectives más famosos de la historia: Sherlock Holmes.
Excelente compendio de relatos, después de haber intentado matar al célebre Sherlock Holmes, Arthur Doyle decide volver a escribir aventuras sobre el famoso personaje. Este regreso parece fulgurante, es el libro de relatos que más me ha gustado. Recomendado
Excelentes historias, siempre llenas de dramas, misterios y humor que no puede faltar. La imaginación del escenario en el cual se desenvuelven las historias corre hasta el frío implacable de Londres.
Es muy bueno este libro, yo lo leei una vez y me gusto mucho a la vez es entretenido, y aparte quieres saber como termina la historia
5 estrellas. Este es el regreso de la muerte del icónico detective Sherlock Holmes. La verdad es que me sentí muy feliz cuando me di cuenta de que el autor decidió volver a escribir sobre este personaje (aunque desapruebe las razones por las que lo hizo), podemos ver los lados más humanos de Holmes en varios casos, la lealtad y admiración que le tiene John Watson y la genialidad con la que ambos se completan al resolver un caso. Sólo me queda un libro para terminar todos los relatos de mi detective favorito, y realmente no sé si estoy preparada para leer el final, pero lo que si sé es que este fue uno de los comeback más icónicos de todos los tiempos.
Leído junto a Edd62, quién se ha ganado mi amistad y mi respeto, un saludo. Ciertamente el libro me ha encantado, aunque claramente Conan Doyle hubiera dejado muerto a Sherlock Holmes de no ser por las cartas y amenazas que resivia. Algunos relatos tienen más acción que los otros. Recomiendo ampliamente “La aventura de Charles August Milverton"
Nada, señor Holmes, excepto que me quedé tan perpleja que sentí que no quedaría satisfecha hasta haberle visto a usted y recibido sus consejos.
El rostro que nos observaba era tremendamente viril, pero de expresión siniestra. Con la frente de un filósofo por arriba, pero la mandíbula de un depravado por abajo
Algunos árboles, Watson, crecen derechos hasta cierta altura, pero después desarrollan cualquier extraña deformidad.
“Le ha faltado el don supremo del artista, el de saber cuándo hay que pararse. Quiso mejorar lo que ya era perfecto (…) y lo echó todo a perder”.