La soledad esencial de todo individuo, la incomunicación del hombre contemporáneo, la relatividad de todo lo humano, las neurosis cotidianas, los vaivenes de los sentimientos, son algunas de las obsesiones que el autor desgrana en este conjunto de trece cuentos. Escritos desde una mirada aguda, lúcida y profunda que alterna la melancolía con la crueldad, la magia con la desesperanza, los cuentos de "El Regalador de colores" son textos que conmueven pero incitan a la reflexión, relatos que golpean -como quería Roberto Arlt- directo a la mandíbula y logran que el lector se identifique con las diferentes historia que los mismos propones. Quizás porque - tal como reza la cita de Whitman que encabeza la obra - "Camarada, esto no es un libro; quien voltea sus páginas toca un hombre".