María de Zayas se atrevió a desafiar las pautas de la Mujer Cristiana que describía Vives no sólo al declarar que se desvivía por los libros de todo tipo, incluidos los "ociosos", sino por el atrevimiento de ser ella misma quien los escribiera y ofreciera al mundo. Por si fuera poco, en las obras zayescas, además, con plena conciencia de su rebeldía, la autora invita a las mujeres a que se cuiden de los "engaños de los hombres" al mismo tiempo que intercala una serie de argumentos en defensa de las capacidades de la mujer, de la cual se decía que era una "imperfecta criatura". Las novelas de María de Zayas han sido consideradas inmorales y obscenas, por la vena erótica que sobre sale de sus relatos. Elizabeth Treviño Salazar.