EL PERSEGUIDOR

Mi estreno con Cortázar no ha podido comenzar de mejor manera. La narrativa de este relato es tan completa como exquisita. Me desborda, daría igual lo que me estuviera contando porque me he perdido en su prosa, y sin embargo la trama también importa. No es solo música, es humo, alcohol, bares y drogas de bien morir. Es una París de los años 50 que la acaricias, que se recrea en tu mente, que se siente. La decadencia de un genio del saxofón, perdido en sí mismo, en su concepto de vida, en su locura, y en la incomprensión que se abre camino desde los pulmones de Carter al mundo a través de sonidos con forma de jazz. Hueles los cigarrillos, escuchas como chocan los hielos y el resto, música y decadencia. Que el personaje principal, Carter, sea Charlie Parker, para mí es hasta anecdotico, imprescindible, supongo, para los mitómanos del género, pero, para los eternamente iniciados, más que suficiente con la mezcla de literatura y jazz. Había leído recientemente a James Baldwin (Sonny's blues) y veo en Cortázar ritmo en los pies y alma negra. Todo genio ha de tener un punto de locura mínimo y por desgracia, a mayores excesos, mayores magias. Un relato para leer en soledad y absoluto silencio, la música...en las letras de Cortázar. ¡¡Arre unicornio!!

Esta novela corta, más que relato, nos describe la vida y obra de Johnny Carter (Charlie Parker). No es la biografía de tan ilustre músico de jazz, pero si refleja una parte importante de su vida. Este relato huele a ron, huele a coñac, huele a cerveza, huele a cigarrillos, huele a café recién preparado, huele a marihuana, sobre todo huele a marihuana. Aquí Cortázar nos describe a un hombre en la decrepitud de su vida, que no de su carrera, puesto que el saxofonista es capaz de arrancar del alma de su instrumento hermosas (hermosas como nunca)notas musicales que corretean por el ambiente cargado de esos olores, en el sonido inconfundible e inigualable del jazz. Pero ese hombre, que como un pobre insecto atrapado en la sólida tela de araña tejida por la marihuana, que lo tiene irremisiblemente atrapado. El personaje transgrede toda moral burguesa, todo convencionalismo de modo provocativo, tal y como nos tiene acostumbrado el autor. Tal vez de lo mejor que he leído nunca del autor argentino.

Este cuento de Julio Cortázar está ambientado en el París de los años 50’. Los personajes principales son Johnny Carter, un talentoso saxofonista de Jazz, y Bruno Testa, un periodista crítico musical que escribe la biografía de Carter. Bruno, luego de acompañarlo en muchas de sus presentaciones, se ha convertido en su amigo y trata de rescatarlo del mundo de promiscuidad, alcohol y drogas que rodean la vida de Johnny.Para Bruno no es una tarea fácil, las personas que conforman el entorno de Johnny: su pareja, sus compañeros músicos y hasta una marquesa, que era para Johnny una especie de Mecenas, son cómplices de las adicciones del músico.Johnny tiene sus propias ideas sobre lo que es el tiempo y la vida, en ocasiones ha tenido visiones. Todo esto se lo ha comunicado a Bruno en varias conversaciones: unas bajo efectos de las drogas o el alcohol y otras en estado de sobriedad. Sus ejecuciones musicales, le confiesa, son su forma de buscar la verdad.Uno de los músicos le obsequia a Johnny un ejemplar del libro ya publicado de la biografía que Bruno ha escrito sobre él. En algunos momentos la critica y considera que faltan muchas de sus verdades, y en otros, piensa que Bruno ha hecho un buen trabajo.Este cuento de Julio Cortázar y los momentos vividos por sus personajes Bruno y Johnny, aunque se desarrolle en un París lejano en el tiempo, nos resulta vigente para todos los que en algún momento hemos “batallado” para liberar a un amigo o un familiar del mundo de las drogas.

Si no ha leído nada de Cortazar, ésta es una novela corta fantástica, para iniciarse en las obsesiones de este autor. Esta dentro de sus libros que más me gusta. La historia de Charlie Parket que representa al genio artístico, aquel que muchos soñamos ser, con un talento innato abrumador, pero del que sólo podemos ser espectadores.

Cuando uno llega a los 25 años le suceden dos cosas, se piensa en el futuro y comienza a gustarnos el Jazz, quizá por ello al estar a punto de llegar a esa edad, es que compré El perseguidor y discos de Charlie Parker , quizá por ello después leí Rayuela, como una premonición, porque en su momento ni Cortázar ni el Jazz me decían nada. Pienso en las coincidencias que vinieron después, a unos días de cumplir 25 años me fui a vivir solo a otra ciudad, donde la Universidad, inauguraba la cátedra Julio Cortázar. El día de mi cumpleaños, anónimo entre una multitud que rendía homenaje al Cronópio mayor, una banda tocaba temas mencionados en sus textos, y yo ajeno aún, pero al tocar Yellow dog blues, no pude evitar llorar por el Jazz, por Parker, por Armstrong, por la Maga, por Oliveira, por todo lo que me estaban diciendo y que hasta ese momento no podía escuchar.

La historia de un artista persiguiendo la armonía total en el otro lado de uno mismo, la búsqueda de una esencia, en medio de reflexiones metafísicas, de la soledad para sacudirse de lo cotidiano ... si el jazz es el perfecto cómplice para los trabajos creativos y soñadores, justamente esta historia viaja al compás del jazz.... Buena lectura.

EL PERSEGUIDOR -Julio Cortazar El París de los 50, suena al ritmo de Lover Man de la mano de Charlie Parker. El tiempo es el protagonista de una historia de tintes metafísicos donde la música trasporta a Johnny Carter a un mundo paralelo dónde dislumbra el pensamiento y dónde Bruno, el periodista nos cuenta la historia de la decadencia y ruina del artista como en un diario. Es evidente que cada personaje de la historia tiene un doble en la realidad, cómo en un espejo Cortázar nos devuelve la historia del saxofonista. Carter entre marihuana y alcohol intenta aprehender el sentido de la vida y en ese intento suyo la vida se le escapará ante un televisor. Suena desgarrador Amorous (Lover Man) desgarro de la hija muerta, la marquesa no podrá salvarlo de ésta, ya no incendiará más hoteles ni perderá más su saxo, ya no volverá a pensar que se descubrió pensando. El bebop recordará su música, el tiempo borrará su oscuridad, una película contará su historia, un libro, éste, nos acerca al personaje. "Fabrícame una máscara" de Dylan Thomas no será releído más. Suena, suena "Lover Man" y el sonido se rompe con el último soplido en memoria de Charlie Parker.

Un grandísimo escrito sobre los últimos meses del gran Charlie Parker, de quién Cortázar era gran admirador. Imperdible.