EL PAÍS DE LAS ÚLTIMAS COSAS

Podría tratar de quedar bien con Dios y con el diablo y escribir: "tal vez no era el momento; este libro no era para mí; no es Paul soy yo; es solo mi opinión personal; que no me guste a mí no implica que no le guste a otros". ✋ Pregunta: no es una obviedad que si es MI reseña, es MI opinion personal? Y si es personal, no se cae de maduro que no debería influir en nadie que me guste o deje de gustar Paul? Dicho esto, a ponerle el pecho a las balas! No me fascinó😶. Aunque sí me parece genial la idea principal: es un relato en el que una chica se muda a una gran ciudad para buscar a su hermano desaparecido y  que se encuentra que allí las condiciones de vida son post- apocalípticas. Esto sí que me encantó. El tipo dice:  la ciudad te quitará el color, te quitará la esperanza y la empatía. Estar hacinado convertirá al otro en un enemigo perpetuo. Vas a dejar de vivir y de apreciar lo importante para poder sobrevivir aplastado por la inmediatez, la urgencia y el miedo. La ciudad te robara el alma. El tema es que Auster escribe bien pero es repetitivo. Vuelve sobre lo mismo una y otra vez y hace que en vez de sentir lástima por la chica, este podrida, quiera que se muera de una vez y que haya 100 paginas de agradecimientos (que me cuentan? Miren quien logró volverme apatica😶). Aunque el verdadero problema está en la segunda parte, donde parece que  el autor se tragó una telenovela de las que se miran a la tarde mientras planchas la ropa. No deja de caer en un melodrama tras otro!Lo único que le falta es que la villana se caiga de las escaleras, finja estar tullida y ciega, y que mienta y diga que el galán la dejó embarazada.🙄 Derrapó con ganas. PEEEERO...lo que mas me molestó fue esto: en pleno Apocalipsis, esta chica tiene tiempo para tener dos romances. Uno heterosexual y otro homosexual. Cuando está con el hombre, le lleva, literal, 2 lineas para enamorarse. Pero cuando está con otra mujer... estan mas de 5 paginas lamiendose los pechos una a la otra😑. Yo leo mucha literatura LGTB, a mi no me engaña. Esto no lo hace de inclusivo, sino para excitar al público masculino con la típica escena de película erótica de poca monta. Será muy reconocido y escribirá muy bien, pero prefiero a un escritor mas chungo que por lo menos respete la diversidad sexual y no la use para su propia conveniencia.

Anna viaja al país de las últimas cosas, del cual nunca sabremos el nombre, en busca de su hermano desaparecido. Su hermano fue enviado como corresponsal por el periódico donde trabajaba y nunca regresó. Estamos ante la historia de un país caótico, desvastado, dónde lo único que perdura es la supervivencia de uno mismo por sobre todas las cosas, nadie tiene nada, el otro no importa, solo las necesidades básicas de uno y eso en la mayoría de los casos ni siquiera se cumple, la vida es una jungla, el mundo se ha convertido en un lugar absolutamente peligroso. Ana nos relata en forma de carta, cómo fue su llegada a la ciudad, en la cual se siente perdida, y el transcurrir de los años en ella. En este lugar no hay hoteles, mi solidaridad, ni nada. La vida es un continua lucha por sobrevivir un día más. Sí bien la premisa es buena, Paul auster se detiene demasiado en explicar muchas cosas que se entienden enseguida. Eso ocupa la mitad de la novela, pero a pesar de extenderse tanto nos deja con miles interrogantes. Luego pasa relatarnos las vivencias de ella, resignada, pero se vuelve un poco novelesco. Sí bien el libro me gustó, me pareció que le faltó algo, el final es absolutamente abierto, con lo cual queda a criterio del lector decidir qué sucedió, pareciera que Auster se cansó de escribir y no le dió un cierre. Si nunca leíste a Paul Auster, éste no es un libro con el cual empezar. Si sos fan de el seguro te gusta.

Las historias post-apocalípticas suelen atraerme muchísimo, todo sumido en el caos, la soledad, la muerte dentro de la vida misma, la supervivencia a toda costa, lo miserable que pueden ser las personas y toda esperanza totalmente perdida. Pero también, lo que tienen este tipo de historia es que además de sacar lo peor del ser humano, está lo mejor de unos pocos. Una humanidad que no se pierde, la humildad cuando no se tiene nada, una pequeña esperanza que sigue viva dentro de aquellos. Esa luz que hace que todo valga la pena. Bueno, en este libro tenemos toda la primera parte, el desastre, la soledad, la desesperanza, y todo lo malo que quieras imaginar. Pero ¿y el resto? No pasó mucho, es un libro que me dejó casi en la indiferencia, y lo peor de todo es que tenía demasiado potencial. Trata la historia de Anna Blume quien escribe toda una larga (larguísimaaa) carta, en la que cuenta todo lo que vivió en esta ciudad cuando fue a buscar a su hermano que había desaparecido, dejando de lado todas las comodidades de su vida pasada. Las descripciones del lugar eran buenísimas, aunque en algún punto fue demasiado. No hubo lugar para que el propio lector, en mi caso, tuviera un poco de esperanzas, porque no había esa especie de sorpresa que haga que uno mantenga la fe. Era casi todo lineal, no me refiero al tiempo de la historia sino al libro completo, faltaron pequeños saltos de ilusión que me motivaran a seguir leyendo. Sin embargo, como ya lo mencioné, tiene alguna pequeña chispa que quizás a los fanáticos del autor les guste, pero como nueva lectora pues, querido Paul no sucedió nada, perdiste una posible fan 😏 (bueno no tanto, lo pensaré 😌)   🚨Si te gustó esta reseña el like en el corazón de arriba a la derecha o en ambos corazones 💙❤️. MUCHAS GRACIAS ♥️♥️♥️😊

“La escritura, en mi caso, está muy relacionada con la música. La música del libro. La oigo en la cabeza. Es una tonalidad. Y, en mi caso, es la tonalidad la que crea los personajes. Luego, los personajes crean las situaciones. El origen de un libro está en esa música de la lengua” Paul Auster. Que extraña melodía me resulto su libro Señor Auster. Quizá sea como esas canciones que al oírlas por primera vez no logra conquistarnos, pero que cuando sigue y sigue sonando le vamos encontrando el gusto. Tenía grades expectativas en leer a Paul Auster y pensé que la mejor opción sería iniciar con El país de las últimas cosas, no sabría decir si me equivoqué, lo que si es cierto es que fue un libro que nunca logró engancharme del todo, tanto así que tardé dos semanas en terminarlo cuando por extensión debería ser un libro para máximo 4 días. Quizá esperaba una lectura diferente, me resultó un libro supremamente raro. Podría decir que es de aquellos libros que puede tener 50 interpretaciones y significados dependiendo del lector. Desde mi punto de vista es un libro con muchos mensajes ocultos y una altísima dosis de crítica social. El libro está catalogado como una distopía, la protagonista escribe una carta en la cual nos cuenta el mundo en el cual está viviendo, un mundo donde se supone las cosas “desaparecen”, personas, objetos y palabras dejan de existir de un día para otro. El final de la historia me pareció bastante flojo, quedan en el aire muchas inquietudes y asuntos por resolver. Quiero darme otra oportunidad con Paul Auster, aunque este primer libro no logró atraparme me pareció un escritor supremamente ingenioso el cual crea en sus historias situaciones y personajes muy particulares y poco convencionales.

Muy intensa, lo peor de la condición humana, se refleja en este libro, no hay personajes excéntricos, pero simpáticos típicos de Auster, es como una especie de fábula ,quedan cosas por explicar y termina de forma abrupta, aún así a mí me ha gustado mucho la verdad.

Una novela desoladora, desgarradora y conmovedora. No es una lectura amable, pues aunque dibuja un escenario distópico y terrible, tiene un sabor inquietantemente cercano. Una especie de proyección de nuestra realidad hacia un futuro no demasiado distante. La historia es en realidad un testimonio contado en primera persona. Es la larga carta que escribe Anna Blume, la protagonista de este estremecedor relato, a un remitente desconocido para nosotros. En esta novela se observa que el autor ha desarrollado toda su ingenio, imaginación y talento para construir una sociedad futura, muy contraria a la que conocemos en la actualidad, donde el concepto del bienestar y seguridad general de las personas, sino todo lo contrario, tenían que luchar con todas tus armas para poder sobrevivir en un entorno violento y hostil, donde todos estaban demasiados hambrientos, demasiados perturbados y demasiados enfrentados entre sí; plasmando así una antítesis, es decir una antiutopia de nuestro tiempo. La novela relata el viaje de Anna Blume, a una ciudad sin nombre, en plena desintegración, sacudida por las secuelas de un periodo de conflictos y purgas. Anna llegó a la ciudad siguiendo el rastro de su único hermano, un joven periodista que desapareció allí sin explicación. La esperanza del reencuentro está condenada al fracaso en un lugar donde todas las certezas se están esfumando y la catástrofe final parece inminente. Un día, durante sus vagabundeo, Anna se instala en la buhardilla de la biblioteca junto a Sam, un corresponsal de la prensa extranjera que conoció a su hermano y le inyecta vida a sus débiles esperanzas de encontrarlo. Aunque la Gran Biblioteca es poco más que una ruina, sirve de refugio para naúfragos de tiempos mejores. Alli vive una pequeña comunidad de sabios perseguidos que, tienen por objeto colabor entre sí para proteger el último caudal de palabras, ideas y libros. El viaje de Anna es un viaje de iniciación; existe un llamado que motiva la aventura y el abandono del mundo original, un camino de pruebas a lo largo del cual la protagonista se cruzan con personajes que o bien la ayudan o se transforman en un obstáculo para su aventura y, sobre todo, existe una evolución; es claro que la Anna del final no es la misma adolescente inexperta e impulsiva que abandona su país natal. No se trata de la mejor lectura para levantar el ánimo de alguien que se encuentre algo deprimido, pero sí es una obra interesante, dotada de una belleza desgarradora. También me aparece adecuado reflexionar sobre algo: este escenario distópico es una realidad cotidiana para muchas personas en el mundo en estos momentos. Por eso esta novela se mueve en esa fina línea que separa la ficción de la realidad. El autor fue testigo de sucesos característicos de su siglo y en base a ello construye una visión distópica pesimista, donde señala los errores de la humanidad como los enfrentamientos bélicos, los Estados totalitarios, la contaminación y el consumismo como consecuencia del capitalismo extremo, transmitiendo la idea de que el devenir de la historia sólo podría ser para peor.

Me pareció un relato muy 'visual' casi una película en palabras. Es una historia donde se pone de manifiesto la 'humanidad' de los personajes (si buscas súper héroes aquí no los encontrarás), y por ende es el condimento principal. Es una lectura amena, divertida y de fácil entendimiento. Muy recomendable, pero me dejó un saborsito a poco....quizás, a mi modestisima opinión, debió ahondar algunos personajes.

Una gran distopía, una historia brillante sobre el fin de la civilización. Tuve pesadillas siendo un saltador que busca acabar con su vida, en una ciudad cuyo gobierno cumple la única función de distribuir la miseria a partes iguales entre sus asociados; tal como ocurre hoy día en muchas de las mayores urbes de latinoamerica, donde los servicios de ejecución son tan eficaces como en la novela, aunque mucho menos altruistas.