La edición ilustrada definitiva de los cuentos con los que han crecido generaciones de lectores durante más de cincuenta años. Un regalo inmenso de una voz imprescindible en nuestras letras. En el país de Cora-Cora todo estaba preparado los grandes festejos con motivo del cumpleaños del rey, y todos sus habitantes estaban muy felices esperando el gran día.Pero la felicidad iba a durar poco, porque una terrible tragedia se cernía sobre el palacio. Una mañana, cuando estaba haciendo una larga suma, la princesa desapareció. Todo el mundo se alarmó, hasta que cuatro valientes niños se colaron en palacio decididos a encontrarla costara lo que costara...
Ana María Matute nos transporta a un reino de fantasía, el de Cora-Cora. En vísperas de la celebración del cumpleaños del rey, la princesa del reino tiene encomendada la tarea de resolver una larga suma, pero en el intento desaparece, y todos acusan al profesor real, la única persona que estaba con ella en el momento de su desaparición. Los hijos del profesor y del carpintero real, deciden salir en su busca. Vivirán maravillosas aventuras, bellamente contadas para que los ojos de un niño viajen a ese mundo de fantasía. De un niño, o no tan niño, porque a mí me ha transportado a otros tiempos. Tiempos en los que leía cuentos a mis hijas, e incluso he viajado hasta cuando era yo la receptora de esas lecturas. Es un cuento clásico, muy dulce, con lindos personajes. Un mundo de fantasía que me ha arrancado una gran sonrisa.
Un derroche de imaginación. Mientras lees aflora una lejana sensación infantil, aletargada pero siempre latente. No es fácil resucitar el niño que todos llevamos dentro, pero Matute lo hace con sobrada maestría, para eso es necesario sentirse siempre un Peter Pan, recordarlo y ser capaz de recordárselo a los demás, tarea nunca fácil. He bajado o subido, no lo tengo claro, al mundo donde todo es posible. Basta con liberar la imaginación, sentirse libre de convencionalismos que lastran y encorsetan.