No hablo en este relato de la Segunda República como periodo político, o histórico; sí de un niño delante de ella. Empezó a vivir en una casa donde una mujer cosía a escondidas los tres trozos de tela llana de la bandera y los ocultaba bajo el colchón como hizo con su bordado Mariana Pineda, y le costó la vida: ¡Yo soy la Libertad, herida por los hombres!, cantaba Margarita Xirgu, camino del cadalso en los versos de una tragedia de Lorca.
Autobiografía de la infancia de Eduardo Haro Tecglen magnifico periodista, al que conocí cuando él escribía en la revista Triunfo a finales de los años setenta y principios de los ochenta. Magnifico escritor que nos cuenta su historia con un cariño supremo y nos mete en la piel de aquel niño, en la época de esperanza de la II Republica.