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Sinopsis de EL MONO EN EL REMOLINO

La toma que se repite. Los susurros de los qom y su prolijo caminar de fila escolar ante las cámaras. Las máquinas que se empantanan. El calor y el barro. Los trajes y las pelucas. El casting. Pueblos fantasma transformados en escenografía; vecinos, en españoles e indígenas; campos, en los páramos donde Don Diego de Zama espera en vano el ascenso que lo saque del ostracismo y la apatía. Mientras Lucrecia Martel filma, Selva Almada observa, pregunta, escribe. Y esas notas -sutiles, líricas- son mucho más que un inspirado e irreverente diario de filmación: son un dispositivo óptico, sensible, que ilumina, fragmenta y profundiza en el mito literario de Zama, atravesando las páginas y las imágenes, de la película al libro. La crítica ha dicho... «Selva Almada puede seguir hablando desde las esferas de la soledad de los territorios humanos, condenados desde su misma génesis; de la "muerte" como una cosa "vacía y oscura"; puede seguir hablándonos desde los márgenes, con esa violenta claridad de su lenguaje.» Luis Guillermo Ibarra, La Jornada, México «La expresión coloquial, el habla popular de la zona en la que se despliegan sus historias, convive naturalmente con un lenguaje literario de enorme elegancia y precisión.» Soledad Platero, El País, Uruguay «Original y novedosa, Selva Almada ha seducido con un estilo entre poético y realista. Su literatura pone los pelos de punta, sin llegar al aguijón del horror.» Cristian Alarcón, Babelia, España «Lo que parece fantástico de pronto se vuelve hiperrealista, un poc

4 reseñas sobre el libro EL MONO EN EL REMOLINO

no parece Selva Almada, es otra cosa, habla de la filmacion de una pelicula


Llegué a Selva Almada por Lucrecia Martel, la directora de la película "Zama". Cuando me enteré que hubo un libro escrito durante el rodaje, lo quise. Y lo leí. Fue muy entretenido leer las curiosidades de las experiencias que se dieron en el rodaje desde el punto de vista de una escritora. Salió una crónica. Pero no es escencial. Con ver la película alcanza. Igual es interesante como mirada antropológica de una película tan exótica. Aunque como conocimiento cinematográfico de cómo es un rodaje, o cómo filma Martel, no aporta mucho. En fin...


El mono en el remolino Este pequeño libro de Selva Almada es una joya delicada. Quienes hayan visto la película Zama, de Lucrecia Martel, seguramente lo disfrutarán y apreciarán muchísimo más. A mí personalmente la prosa, las imágenes plasmadas en letras por Selva Almada, la poesía y la musicalidad de los textos me sumaron mucho más a la experiencia de haber visto ese film tan pero tan bello de Martel. Feliz de tener este libro en mi biblioteca.


El mono en el remolino es un libro de la escritora entrerriana Selva Almada, que reúne las notas del rodaje de “Zama”, un film de la directora Lucrecia Martel inspirado en la novela homónima de 1956, obra maestra del escritor y periodista Antonio Di Benedetto. La escritora acompañó a Martel y su equipo durante parte del tiempo que duró el rodaje y, a partir de entrevistas y, especialmente, de la observación de todo lo que la rodeaba, construyó esta original obra compuesta por relatos, pequeñas prosas poéticas, incluso un monólogo y escenas reescritas con mínimas variantes. En estas notas, Almada se detiene en los márgenes del rodaje, en las comunidades aborígenes y en la interacción entre las personas del lugar. Con descripciones claras, sencillas pero muy elocuentes, el libro cuenta mucho más que simplemente lo que sucede en el rodaje de esta película: “Una anciana quom llegó decidida al casting. En el barrio casi no hay viejos: la gente muere antes a causa de la mala alimentación, la pobreza y las enfermedades. Ella es una de las pocas sobrevivientes. (…) Se vio rodeada de personas blancas y extrañas. Tuvo miedo de que la raptaran”. A lo largo de sus 93 páginas, el lector ve, huele y siente una realidad muy distinta a la que se vive en Buenos Aires. Así, es testigo del calor y el barro, los insectos, el río Paraná, pueblos olvidados repentinamente transmutados en escenografía, las comunidades quom y pilagá, guaraníes, haitianos, cementerios domésticos y más. Sobre el título del libro, la escritora explicó: “Parecía como que todo estuviese empapado, inmerso en ese remolino, también por eso el título era un poco esa escena que está al comienzo de Zama, que me parece magistral porque es como la síntesis de la novela, el corazón de la novela puesto en la primera página”.


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FRASES DEL LIBRO EL MONO EN EL REMOLINO

Las semillas secas adentro de la calabaza suenan como lluvia. El niño sigiloso se mueve entre las hamacas donde duermen los soldados. Los adultos lo siguen. Desatan a los caballos, se los llevan. Se mueven rápido, ágiles, como si conocieran de memoria el suelo que pisan.


Publicado pordaniela27