Alexéi Feodósievich Vangengheim es el jefe del Servicio Meteorológico de la URSS. Su trabajo consiste en conocer las particularidades meteorológicas del vasto territorio soviético y ayudar al funcionamiento de la maquinaria estatal con sus predicciones. Sin embargo, un día de 1934, será acusado de traición al régimen y encerrado en un campo de trabajo, convirtiéndose así en una víctima más de los millones de damnificados por el terror estalinista. Durante todos los años en los que Alexéi permaneció preso hasta su muerte, la mayor parte de su correspondencia estuvo dirigida a su hija, Eleonora, que tenía cuatro años en el momento de su detención, y a quien no vería nunca más. El descubrimiento de esta correspondencia fue el motivo que animó a Rolin a contar la vida de este hombre y su alejamiento del comunismo, los entresijos de la recuperación de la memoria histórica en la Rusia posterior y las dificultades para hacer frente a uno de los periodos más oscuros del siglo XX.