Íñigo López de Mendoza, marqués de Santillana, fue un hombre excepcional: manipulador e intrigante para unos, valiente guerrero y fino estilista del idioma para otros, padre de una hija bastarda y de once hijos legítimos, fue un seductor empedernido al que se le conocieron decenas de amantes pero un solo amor verdadero. La apasionante vida de un personaje esencial de nuestra historia que tuvo en las mujeres la fuente de inspiración de su vida.