Una colección de relatos siniestros a modo de retratos familiares con personajes bizarros y tramas sórdidas. Aunque algunos relatos son mejores que otros, lo cierto es que ninguno dejará indiferente al lector: sobre todo, aquel que da titulo al libro. "Una sucesión de sombras, que a veces son fantasmas y otras amenazas, interrumpida por breves parpadeos de una luminosidad que lastima" Lectura interesante.
Las paredes de la mansión Tartaruga están tapizadas de libros. Posee infinidad de libros, uno al lado del otro, inmóviles, con esa inmovilidad confesa de los objetos que aseguran que no han sido tocados nunca. Se ve que no lee. (Carbúncula)
Total, ya nadie la espera. Es que la han esperado tantos y tanto que aunó fatigas para dormir largo y tendido, eternamente. (El abuelo Melo)
En el aula solo estaba el silencio; es el silencio de los museos, de estanque, paréntesis, hueco; es el Silencio escrito con mayúscula. (Laura Láinez)
Ahora opinan que no quiero a nadie, y es cierto. Gasté mi capacidad amatoria cerca de un río de primera infancia apenitas despuntada, en un paraíso del que me expulsaron como Dios expulsó a Adán y Eva del gran paraíso de La Biblia. (El marido de mi madrastra)
Ha comenzado el invierno y yo estoy gris, abandonada y sin lágrimas en esta casa de árboles y espejos; debe haber un sitio para llevar el alma, vacío, en mi interior de nosferatu. (El tornado_ Hadas, brujas y señoritas)
Puntual, firme, sin supersticiones, dobleces o debilidades. No hace nada por ganar afectos pues ha llegado a la indiferencia olímpica que convierte a la carne mortal en bronce y a la sangre en el río de oro de los dioses antiguos. Tan cabal que parece descentrada. (Fulvia)