Un joven fanático de la fotografía pasa las madrugadas frente a la tapia del cementerio viejo de Vigo retratando a los fusilados con la esperanza de que sus fotos puedan algún día desvelar los horrores sufridos por las víctimas. Pero cuando llega hasta allí una bonita joven que ha sido brutalmente torturada, se destapa una compleja trama en torno a unas láminas que pintó El Bosco durante su estancia en España, y cuyo secreto ha sido celosamente custodiado por mujeres que no tienen más alternativas que el silencio, la muerte o el exilio. A partir de 14 años.
Un joven aprendiz de fotógrafo se pasa las noches vigilante en la tapia del cementerio de Vigo para tomar constancia de los rostros de los muchos fusilados en ese muro y poder en un futuro dar nombre y paz a sus familiares. Hasta que un día retrata a una hermosa joven que en ese momento el desconoce que dará un vuelco muy peligroso a su vida ya que era portadora de una información que no descubre a sus asesinos, la situación de unas láminas de El Bosco que presuntamente guardan un importante secreto. Interesante novela corta, no llega a las 200 páginas, que relata muy detalladamente lo que fue la represión en España después de la guerra civil, donde cualquier delación podía dar con tus huesos en el cuartelillo o como nos cuenta en este libro en una tapia de un lugar apartado fusilado y posteriormente ir a parar a una de las muchas cunetas que pululan aún por todo el país Lo único que me sorprende es que viene catalogada como novela infantil y tal vez, al estar condicionado por los hechos me parece excesivo para ser lectura de niños. Con todo muy recomendable.