EL LORO QUE PODÍA ADIVINAR EL FUTURO

Cada uno de los seis cuentos de "El loro que podía adivinar el futuro" de Luciano Lamberti nos presenta un mundo extraño que, sin embargo, espeja al nuestro. En algunos relatos la realidad se tensa, opacándose de manera imperceptible; en otros se extiende abriendo portales a mundos expansivos y enigmáticos. Nada es lo que parece y el autor disfruta de jugar con las ideas y perplejidades que nos sugieren sus historias fantásticas de apariencia sencilla y resonancias profundas. Se patentiza que lo cotidiano no es más que una máscara que oculta misterio y extrañamiento. Y existe misterio tanto en el llanto como en la sonrisa, en la angustia como en la alegría. Tenemos la certeza que hay siempre algo ocurriendo fuera de nuestro entendimiento, de la misma manera que sentimos la inminencia de una revelación que nunca llega o nos abismamos en profundidades que apenas intuímos. No hay grandilocuencia ni en las formas ni en lo narrrado, es una suerte de minimalismo de lo fantástico; la manera en que lo fantástico está contado desde un anclaje en nuestra cotidianidad es lo que otorga verosimilitud a los mundos que se nos presentan. Lamberti maneja con gran pericia una escritura aparentemente llana y precisa, sin grandes malabarismos retóricos, cuyo gran logro y artificio es pasar desapercibida, invisibilizarse para darle mayor fuerza y realidad a lo narrado. Las palabras son el vehículo que nos transporta a los mundos creados por el autor. Hay una sutil diversidad de matices en los tonos, las formas y las decisiones estéticas del autor; en ocasiones el hilo narrativo parece ser azaroso, algunos ambientes pueden ser más opresivos que otros, puede detectarse un tinte costumbrista o la forma narrativa de un artículo de divulgación científica, pero siempre sin perder identidad. El resultado es un poco desparejo, como suele ocurrir en los libros de relatos. Personalmente, mi preferido es "La canción que cantábamos todos los días"; que leí alguna vez en la revista Orsai y me acercó a este autor y este libro. Autor que no tengo dudas vale la pena y voy a seguir leyendo.