Sábado. Seis y media de la mañana. Julieta lleva despierta desde las seis menos diez, trajinando por la casa. Lo primero que ha hecho es desprenderse del pijama, quedarse en pelota picada y buscar su guante en el cajón -los guantes ocupan un lugar importante en su vida- . Desde la cama oigo sus pisadas por el pasillo, en dirección a la cocina, y se me contraen las vísceras. Pensar en cómo han quedado las habitaciones por las que ha pasado me inmoviliza física y mentalmente. ¿Por qué me habrá tocado esta niña a mí y no a las infantas Elena y Cristina o a Catherine Z. Jones?
Ha sido una lectura muy... real que me ha tocado el corazón. En este libro la escritora narra como ha sido su vida con su hija con síndrome de Down y lo hace de forma muy abierta, a través de distintos momentos nos cuenta de forma muy cruda cuáles fueron sus primeros pensamientos y dudas, así como sus momentos felices. Me pareció muy interesante porque siento que pone muchas cosas en perspectiva y me ha hecho reflexionar acerca de las actitudes y pensamientos que solemos tener acerca de personas con este síndrome y lo poco que realmente se habla del tema.