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Sinopsis de EL LAPIZ DEL CARPINTERO

19 reseñas sobre el libro EL LAPIZ DEL CARPINTERO

En Argentina, si hubiera nacido 20 años antes, y si hubiera tenido la mala suerte que revisaran mi librero y encontraran, por ejemplo, el libro " Operación Masacre" de Rodolfo Walsh, un grupo comando me hubiera secuestrado, me hubiera mandado a un centro de detención, como la E.S.M.A, me hubieran interrogado, torturado, seguramente me hubieran aplicado una picana eléctrica en mis pechos y en mis genitales, me hubieran violado reiteradas veces, y de haber quedado embarazada (o de haber sido detenida ya en ese estado) me hubieran retenido hasta tener a mi bebe y me lo hubieran robado ( sí, la expropiación de bebes fue muy popular durante la dictadura militar argentina). Después de esto es probable que me asesinaran y tiraran mi cuerpo desde un avion al mar, para que mis padres nunca supieran que fue de su hija. Así que yo no seré española y del franquismo, ni jota, pero sé lo que es nacer en un país donde pensar, e incluso leer, alguna vez fue peligroso. Por lo que este libro, a pesar de mi ignorancia me llega y me conmueve. Pero lo interesante es que Manuel Rivas rompe con lo esperado y nos muestra la otra cara. Porque este relato está mayormente narrado por un guardia, un represor, la mano detrás del fusil. Y a pesar de que los encerrados, vejados y fusilados eran los otros, el personaje que mas sufre, carcomido por fantasmas y frustraciones, es este hombre. Y el autor de esta manera te deja pensando si esta gente que perdió toda su humanidad en el proceso, no fue otra victima mas. (eso piensa Rivas, yo no perdono ni olvido, para mí fueron unos cerdos)


"Cualquier reliquia de los muertos es preciosa si se les valoró en vida." Rivas escribe una historia triste y desoladora trazando algunos horrores de la Guerra Civil Española plasmados en la conciencia de un pintor y su lápiz de carpintero. A través de los ojos de Herbal, un guardia de prisión destinado en Galicia y que narra de forma retrospectiva un drama cargado sobre su conciencia donde cabe un retrato de emociones y sentimientos, donde el amor, la poesía y los desastres que acarrea la contienda quedan reflejados en la pupila del lector. Una manera peculiar de escribir, que puede que necesitemos una parada y reestructuración en un principio para situarnos debidamente entre espacios temporales y saltos entre personajes, pero que merece la pena entregarse y agarrarse a la historia de ese lápiz, conductor de memorias y portador de almas, entre trenes humeantes, enfermedade y relatos del folclore gallego en mugrientos patios carcelarios narrados por hombres que esperan la muerte, que van tejiendo una red de realidad inteligente. Manuel Rivas retoma el hilo de la guerra española, pero El lápiz del carpintero no es una historia más sobre aquella guerra, que estremeció a un país, de fantasmas amputados o lavanderas que crean belleza en un amanecer, que continúa hasta nuestros días con heridas sin cicatrizar. Trata de la vida de hombres que morían por unos ideales (aunque fuera dibujando estrategias en sistemas futbolísticos) y mujeres amparadas en el lado más salvaje de la vida. Mientras, el amor podía ocupar un espacio en el abismo de la desesperanza.


Entre los horrores de la guerra está la culpa de haber matado a alguien y no hay peor castigo que la compañía de esa alma errante que no deja en paz la consciencia del asesino, como si de una máquina de tortura se tratara. Ese fantasma que no le deja vivir en paz, que le susurra al oído en forma de lápiz de carpintero. Ese es el lápiz que llevaba detrás de la oreja el pintor antes que el guardián de prisión le arrebatara para siempre su arte y su aliento. Y en medio de la inmundicia, la sangre, la enfermedad, el frío, el miedo, el hambre y las injusticias perpetradas asoma una luz, la única que es clara y sincera, la única que abriga el corazón. Una luz en forma de amor y de esperanza que suspira para llegar a ser algún día una sola alma. Una bella historia de amor que consigue sobrevivir a tanta oscuridad. He leído bastantes libros sobre la Guerra Civil Española y la Postguerra, pero esta historia consigue ser distinta, original. Narrada desde el punto de vista de ese guardián de prisión que arrastra los remordimientos en forma de espíritu que le recuerda lo que hizo. Y ese lápiz de carpintero como hilo conductor. Al principio me costó entrar en la historia por la forma como está narrada, con saltos temporales y de personajes, pero después me faltaron páginas deseando alargarla.


Una historia de la Guerra civil española muy bien contada, con mucho sentimiento, original e inteligente. Que esté narrada a partir de un hombre pequeño, en comparación a la inmensidad del conflicto, cómo es la de un carcelero limitado mentalmente por sus obsesiones y su cargo de conciencia le da todo el sentido al texto para meternos en las entrañas de la guerra y de los abusos que se cometieron, dependiendo de si estabas en un lado o en otro. Retrato de una obsesión por el que Manuel Rivas nos muestra como en los momentos en que se impone la sinrazón es cultivo para que afloren rencores, depresiones y venganzas, unos justificados por la pelea, dicen, otros arrastrados por sus cadenas y miserias. Destacar que está muy bien escrito, aunque no es del todo lineal por sus saltos en el tiempo y el cambio de narrador, una vez que te adaptas al estilo se disfruta y se lee muy bien. Normalmente (y esto es una opinión muy personal) a los libros le sobran páginas, en este caso diría que se quedó algo corto,le hubiesen venido bien unas cuantas más que hubiesen desarrollado algo más la historia, incluido algo de contexto, porque creo es más difícil entrar en la historia si no conoces la generalidad de este conflicto, o de otros similares. También es verdad que es una historia muy humana y de conflictos personales que vale casi para cualquier contexto. Muy recomendable leer este Lápiz del carpintero, hay también una película que está muy bien y , en esta ocasión complementa muy bien el libro, claro está, a posteriori.


Esta novela es pura poesía para contar una historia ambientada en la Guerra Civil Española y que a pesar del dolor, crueldad y desesperanza que entraña es como un bálsamo solo por como esta escrita. Comienza con la entrevista de un periodista a Daniel Da Barca que ha vuelto de su exilio sudamericano y que por sus ideas republicanas estuvo prisionero junto a muchos compañeros por el hecho de pensar diferente, sobrevivió a dos fusilamientos corriendo distinta suerte a la de su amigo “el pintor”, asesinado por Herbal el carcelero, hombre arrogante, cruel y rencoroso que pasa a ser el narrador principal de la historia y que vive atormentado por la voz de el pintor “..se le posaba en la oreja con firme suavidad, a horcajadas como el lápiz de carpintero..” y que le mueve a realizar buenos actos para contrarrestar la voz del hombre de hierro, que también escucha pero que le provoca un comportamiento cruel y despiadado. El escritor a través de los diferentes relatos y personajes nos muestra las condiciones deplorables en las que vivían los presos, la enfermedad, la desesperanza y el miedo a ser elegidos por los paseadores nocturnos para su cita en el paredón de la muerte. Al mismo tiempo el amor hace acto de presencia entre Marisa Mallo y el doctor Da Barca así como la humanidad, generosidad y entrega que este ofrece a sus compañeros de presidio, por el que se gana el respeto de todos. La lectura es rica en figuras narrativas y metáforas, con descripciones de gran color y sensibilidad, todo ello con la finalidad de contar una realidad dura y brutal pero de una forma tan amable y tierna que no te causa repulsa. De nuevo Manuel Rivas lo vuelve hacer, la lectura de este libro me deja tan buen sabor de boca que lo elevo a la categoría de uno de mis escritores preferidos, sin duda te seguiré leyendo.


Leer a Manuel Rivas siempre, siempre es una ledicia... Seguramente alguno de vosotros pensaréis: "será delicia, bruta. Se te ha colado la dislexia..." Pues no, ledicia en gallego significa felicidad, alegría... Y eso es lo que me provoca O lapis do carpinteiro (lo leí en su versión original, en gallego) que aunque sea una historia de postguerra también lo es de amor, de esperanza, de ideales y de fortaleza. O lapis do carpinteiro es la historia de Daniel y Marisa, pero tambien de Herbal, una sombra que es testigo del amor de los otros dos. Pero también es la historia entretejida de las dos Españas que quedaron después de la guerra civil: la España de la victoria y la España del miedo y la miseria. Da igual en que versión leas El lápiz del carpintero, si en gallego o en castellano, Manuel Rivas es un maestro de la poesía en prosa, de las metáforas y del hilvanar belleza con palabras. Siempre, siempre es una delicia (y ahora sí que sí). En gallego tenemos palabras como feitizo, agarimo e aloumiño. Hechizo, caricia y consuelo (traducción libre, que no me lo tengan en cuenta los filósofos 🙏) y eso es lo que teje Rivas con su novela: el hechizo del amor verdadero, la caricia del ser amado y el consuelo en la peor de las suertes. Feliz lectura.


...que en el mundo no había nadie suficientemente bueno como para mandar sobre otros sin su consentimiento. Qué la unión entre hombre y mujer tenía que ser libre, sin más anillo y argolla que el amor y la responsabilidad. Qué. Que. Qué quien roba a un ladrón tiene cien años de perdón y que parva es la oveja que se confiesa con el lobo. Manuel Rivas en el libro el lápiz del carpintero.


Manuel Rivas tiene una manera tan preciosa de relatar esta historia que emociona. Esa doble moral interna que invade a Herbal, entre lo que está bien y lo que no, el remordimiento de conciencia y el papel del pintor para que le guíe esta última. No deja de ser una novela que, en partes, te corta la respiración. La posguerra fue una verdadera crueldad que aún hoy se respira y justo eso te transmite esta historia.


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FRASES DEL LIBRO EL LAPIZ DEL CARPINTERO

En aquella aldea , la vejez estaba al acecho. Repentinamente, te enseñaba los dientes en una esquina sombría, enlutaba a las mujeres en una era de niebla , mudaba las voces con un trago de aguardiente y arrugaba la piel en el escalón de un invierno.


Publicado porAnge Gómez

Fijate, las lavanderas están pintando el monte, dijo el pintor. Sus brazos son los mangos del pincel...las espinas son las mejores pinzas de las lavanderas. Ahí va.La larga pincelada de una sábana blanca. Dos trazos de calcetines rojos. El temblor liviano de una lencería.


Publicado porMariluz70

Doctor, póngale que no se preocupe por mí. Que mientras ella viva, yo nunca moriré. Que cuando me falte el aire, respiro por su boca."


Publicado pormarenpergamino

Yo era un vigía que no vigilaba. Nadie se iba a fugar. ¿Para qué? España toda era una cárcel. Hitler había invadido Europa y ganaba todas las batallas.


Publicado porEvelyna34

Una mujer, arrodillada ante su marido muerto, le había gritado con los ojos enrojecidos:¡SOLDADO, TÚ TAMBIÉN ERES PUEBLO! (😭)"


Publicado pormarenpergamino

Pero le diré una cosa, madre Izarne, si Dios existe, es un ser esquizoide, una especie de Doctor Jekyll y Mister Hyde. Y usted pertenece a su lado bueno."


Publicado pormarenpergamino