Harvey tiene diez años. A Harvey, como a todos los niños, le fastidia ir a la escuela; sobre todo en febrero, un mes muy tonto, de clima pésimo y sin buenas fiestas. Conoce entonces a Rictus, un simpático hombrecillo que le ofrece la solución a su problema: la casa de vacaciones del señor Hood, donde siempre es fiesta. Harvey no lo duda. ¡Qué maravilla es la casa del señor Hood! Cada día se despierta en primavera, come en un plácido verano, disfruta de juegos hogareños en la tarde de otoño y goza de los entrañables ritos navideños antes de irse a dormir. Tan perfecto... que es demasiado perfecto. Harvey es un chico listo. Descubre cosas y tiene que huir de allí. Y eso no es —también va a descubrirlo— fácil.
Es un libro precioso, lo leí del tirón en una tarde. Una bonita historia fantasiosa y mágica de un niño que consigue lo que quiere pero se da cuenta de que no siempre eso es bueno.