EL INNOMBRABLE

"El Innombrable" cierra la trilogía iniciada con "Malloy" y continuada con "Muere Malone", punto culminante del largo proceso de desintegración y pérdida del yo. En las dos primeras partes, el narrador se percibía en decadencia, aislado en algún lugar del mundo. En la tercera parte se muestra un monólogo inconexo, sin sentido, no hay una trama definida ni estructura solo infinidad de oraciones breves. El narrador habla de sí mismo porque no puede hablar de nada. "Nadie ha logrado expresar con tanta fuerza la desesperación de una época que pone en duda no sólo ya el sentido de la existencia, sino incluso su misma realidad", señala Frederich Kari en el prólogo. Trilogía que ha resultado todo un reto. Es compleja, por momentos me pasó por la mente abandonar, continuaba leyendo pensando que mejoraría. Iluso, quedé atrapado en la incertidumbre.

L’innommable (1953) Novela crípticamente poética donde un narrador innominado recuerda y menciona a Molloy y Malone (de Malone muere) las dos entregas anteriores cuyo cierre de trilogía es esta extraña novela. «El innombrable» tiene un larguísimo monólogo interior donde nos presenta su situación, su extrañeza con el mundo y con la existencia. Es cierre y cima de la trilogía en el sentido que en verdad nada tiene sentido. Las novelas precedentes tenían ese tono de sinsentido, pero está novela baja hasta los verdaderos avernos. Por momentos «L’innommable» parece poesía en prosa y su cierre es realmente espectacular: "¿intentar qué?, lo ignoro, no importa, nunca lo supe intentar que ellos me conduzcan a mi historia, las palabras que restan, mi vieja historia, que olvidé, lejos de aquí, a través del ruido, a través de la puerta, en el silencio, eso debe de ser es demasiado tarde, quizá sea demasiado tarde, quizá ya está hecho, ¿cómo saberlo?, no lo sabré nunca, en el silencio no se sabe, quizá sea la puerta, quizá me halle ante la puerta, lo que me sorprendería, quizá sea yo, fui yo, en algún lugar fui yo, puedo partir, durante todo este tiempo viajé, sin saberlo, soy yo ante la puerta, ¿qué puerta?, ya no es otro, ¿qué viene a hacer aquí una puerta?, son las últimas palabras, las verdaderamente últimas, o son los murmullos, van a ser los murmullos, conozco eso, incluso no, se habla de murmullos, de gritos lejanos, hasta donde se puede hablar, se habla antes, se habla después, son mentiras, será el silencio, pero que no perdura, donde se escucha, donde se espera, a que se rompa, a que la voz lo rompa, quizá sea el único, no sé, no vale nada, es cuanto sé, no soy yo, es cuanto sé, no es el mío, es el único que haya tenido, no es cierto, debí de tener el otro, el que dura, pero no duró, no comprendo, lo que quiere decir que, si dura siempre, yo estoy siempre ahí, me abandoné ahí, espero, no, no se espera ahí, no se escucha, no sé, se trata de un sueño, quizá sea un sueño, lo que me sorprendería, voy a despertarme, en el silencio, no dormirme más, seré yo, o seguir soñando, soñar un silencio, un silencio de sueño, lleno de murmullos, no sé, son palabras, no despertarme nunca, son palabras, es lo único que hay, es menester seguir, es cuanto sé, ellos van a detenerse, conozco eso, los noto que me sueltan, será el silencio, un breve instante, un buen momento, o será el mío, el que dura, que no duró, que dura siempre, seré yo, es menester seguir, no puedo seguir, es menester seguir, voy pues a seguir, hay que decir palabras, mientras las haya, hay que decirlas, hasta que me encuentren, hasta que me digan, extraño castigo, extraña falta, hay que seguir, acaso esto se haya hecho ya, quizá me dijeron ya, quizá me llevaron hasta el umbral de mi historia, ante la puerta que da a mi historia, esto me sorprendería, si da, seré yo, será el silencio, allí donde estoy, no sé, no lo sabré nunca, en el silencio no se sabe, hay que seguir, voy a seguir." No hay que intentar "entender" la trilogía en el sentido usual del término, hay más bien hay que "sentirla", en ese contexto una lectura en voz alta me parece que es la técnica más adecuada para entrar en el mundo absolutamente realista y sensato de Samuel Beckett. Beckett tiene una manera muy personal de abordar el tema existencial en realidades paralelas y absolutamente desesperanzadas, tiene claves cifradas y meta textos que no están al alcance de todos, yo incluido, sin embargo, su lectura se disfruta y para mí todo un descubrimiento en el ocaso de mi existencia.