EL IMPERIO DE LOS LOBOS

No conocía a este autor y, buscando algo sobre él, es el mismo que escribió “Los ríos de color púrpura”. Esta novela sí que me suena, supongo que es porque posteriormente se hizo la adaptación cinematográfica. La incluiré en mi lista de “pendientes de leer”.“El imperio de los lobos” es una novela intensa donde los hechos no paran de sucederse, no hay descanso para el lector.Comienza con dos historias que, aparentemente, no tienen nada que ver. Por un lado tenemos el caso de Anna Heymes, mujer de unos treinta y cinco años que padece problemas de memoria. La novela arranca cuando ella está haciéndose pruebas neurológicas. Lo inquietante de las pruebas es que Anna recuerda todos los rostros… pero el de su marido no. Esto le lleva a sufrir auténticas crisis de ansiedad ya que a veces sí que tiene un recuerdo nítido de él pero otras veces su imagen se desdibuja y solo ve un completo desconocido. El neurólogo no encuentra nada en sus tomografías y le dice que la única manera de salir de dudas es haciendo una biopsia, Anna se cierra en banda.En otra parte de París, Paul, un joven inspector de policía, ha sido designado para la resolución de los asesinatos de tres chicas turcas. Asesinatos crueles y despiadados donde la cara de las tres ha sido brutalmente destrozada. Los rituales han sido los mismos en los tres casos, con lo cual Paul está convencido que detrás de todos los crímenes hay un asesino en serie. Debido a que los casos están focalizados en la comunidad turca, Paul acude a buscar ayuda al policía que más sabe de turcos, Schiffer, hombre corrupto y que, sospechosamente, fue declarado inocente en la muerte de un testigo en la cual estaba él implicado.Anna, en un desesperado intento de evitar que hurguen en su cabeza, busca otra opinión médica. Pero en este caso no visitará a un neurólogo sino a una psiquiatra: Mathilde. La psiquiatra, al verla, llega a una conclusión en el minuto uno: está paranoica. Pero para darle un poquillo de cancha y tranquilizarla, le comenta que hay casos en los que un estado muy fuerte de estrés o el haber pasado por un shock traumático puede ocasionar lagunas en la memoria. Anna se agarra a este diagnóstico como a un clavo ardiendo.Por otro lado, el inspector de policía Paul y el ex policía Schiffer se sumergen en los barrios turcos intentando encontrar algo de información sobre el asesino que está causando el terror en la comunidad turca.Y este es el pequeño aperitivo que puedo ofrecer, y de verdad que es muy pequeño porque la novela en sí encierra tramas muy grandes. Lo que parece el caso de una mujer loca y un asesino en serie se multiplica por diez y ya entramos en una apocalipsis de sucesos. La mujer loca no es tan inocente, el asesino en serie a lo mejor no es un solo individuo, los militares franceses y la sección antiterrorista francesa también tienen su papel en esta historia. Mafias, drogas, psicópatas, ensayos científicos y no en cobayas precisamente… Y como telón de fondo la situación política de Turquía y su nexo con la aparición del grupo ultraderechista “Lobos Grises”.Todo y que, dentro de la novela policíaca, los casos de mafias y drogas no son mis favoritos, he de decir que esta novela está cuidadosamente escrita y documentada. Una de las cosas que me gustan cuando leo un libro, aparte de su trama, es el conocimiento que sobre un tema vierte el autor en sus hojas. Yo no conocía la organización de “Lobos Grises” ni su papel en la Turquía de los años 70 y 80, ni los dirigentes ultraderechistas que dieron paso a su creación y novelas como estas te animan a querer saber más.Animo a leerla porque no dejará indiferente a nadie.