Novela que nos hace viajar a través de un Japón devastado por más de dos siglos de guerra, entre cuyas cenizas, sin embargo, florecen los más hermosos cerezos. Japón, finales del siglo XVI. El país deja atrás la Era de los Estados en Guerra y se adentra en un titubeante periodo de paz. Entre las víctimas del largo conflicto se halla Seizo Ikeda, único superviviente del clan regente de la provincia de Izumo, huérfano a los nueve años tras el exterminio de su casa. Hostigado por los asesinos de su familia y condenado al destierro y al olvido, inicia un largo peregrinaje al amparo de Kenzaburo Arima, último samurái con vida del ejército de su padre, convertido ahora en su mentor. En el otro extremo del país, Ekei Inafune, un médico repudiado por aplicar las artes aprendidas entre los bárbaros llegados de Occidente, se ve implicado en una conjura urdida a la sombra de los clanes más poderosos del país. Una conspiración capaz de acabar con el frágil periodo de calma que da comienzo.
Aunque a pequeños pasos, tengo confianza ciega que en este género que tanto placer me produce, gane la batalla el gusto por la literatura al encorsetado dato histórico derramado sobre el papel sin ningún tipo de miramiento hacia la expresión escrita. No lo tuvo fácil. El guerrero a la sombra del cerezo vio la luz en el abismo de la autoedición. Que tremenda paradoja, una obra digna del Olimpo de los dioses, recorriendo los infiernos de Dante. Japón feudal. Siglo XVII, traición, ambición, venganza y todo el simbolismo nipón al servicio de una novela que alcanza la belleza absoluta gracias a su matemática perfecta. En su lirismo, en el contraste de colores, paisajes, olores, símbolos , en la poesía del honor, de la sangre, y en su ritmo creciente hallamos una orquesta sin fisuras interpretando la más compleja sinfonía, que para deleite del lector, es armonía. Pura vida. Narrada en dos tiempos, el autor comete la travesura de despistarnos, de generar necesidad, de que sus páginas se devoren sin caer en la tentación de renunciar a su estilizada prosa, ni a ese perfumado ambiente que nos acompaña durante toda la lectura. Ocurra lo que ocurra, siempre tendremos la sensación de que algo florece a nuestro alrededor. Hasta tal punto, que en nuestro pequeño club de lectura rompimos toda norma de tiempos, de fechas, y nos vimos abocados por primera vez a la ansiedad de llegar al final del camino de Seizo y Ekei ( hay nombres más difíciles pero no podían llamarse Pepe o Juan), lo antes posible. Siento que tengo una deuda pendiente con autor y sus personajes. Todos con luces y sombras, todos con su juiciosa verdad pero también con la vergüenza de no navegar los nueve círculos junto a ellos, en sus difíciles orígenes, ahora sólo me queda purgar, plantar un cerezo y dejar que trascienda. Obra que dignifica cualquier biblioteca. La semilla está puesta aunque sea a destiempo, lo siento... Brindo por los jardineros que harán florecer la LITERATURA histórica por encima de la narrativa del rigor sin poesía, sin prosa, sin alma. ¡¡Léanlo!!!
Diciembre 2021 El guerrero a la sombra del cerezo no es, a pesar de lo podría desprenderse de su precioso título, una obra nostálgica que evoque ese delicado lenguaje poético y el ritmo cadencioso tan característicos de la literatura asiatica. Muy al contrario, este es un libro de aventuras que nos transporta al desconocido, atrayente y siempre enigmático Japón feudal del siglo XVII: el de los guerreros Samurais, donde las conspiraciones, las intrigas y las luchas de poder entre clanes rivales estaban al orden del día. En el epicentro del relato dos historias paralelas y dos protagonistas bien diferentes. Por una parte la del pequeño Seizo, único superviviente del Clan Ikeda tras el asesinato de su familia, que siendo aún un niño emprende junto al general Kenzaburô Arima una huida de su tierra natal, recibiendo una férrea formación como guerrero Samurai con un único objetivo, vengar la muerte de los suyos. Por otro lado Eike Inafune, un médico con fuertes influencias occidentales en sus prácticas curativas, que cansado de su cómoda vida cortesana, decide, a propuesta de su señor feudal, emprender un viaje con el propósito de instalarse en los dominios de un clan rival. Y acompañándolos en sus respectivos periplos una legión de personajes de nombres impronunciables que ni las más elaboradas reglas mnemotécnicas lograrían que yo recordara, entre los que para mí destaca por sorprendente el papel de dos mujeres con entidad propia en la historia , O-Ine Itoo una médico jefe y Yukie Endo una guerrera samurai ambas con puestos de responsabilidad en una corte de la Edad Media. Una novela histórica interesante, muy bien ambientada, entretenida y sorprendentemente bien escrita para ser una ópera prima, que nos acerca al modo de vida de los Samurais, narrada con un gran rigor y en la que se aprecia un encomiable trabajo de documentación e investigación por parte del autor, pero a mí parecer excesivamente extensa, encontrando sobre todo en la primera parte, capítulos sin apenas relevancia para la trama y en los que la profusión en el empleo de términos japoneses específicos de la época a veces sin importancia alguna no facilitan el ritmo de la lectura, si bien es cierto que a partir de la segunda parte la historia te envuelve y te atrapa. Una buena lectura para amantes de la novela histórica y aquellos que se sientan atraídos por el Japon medieval, el modo de vida de sus guerreros, sus costumbres y su historia.
David Gil crea una novela llena de venganza, traiciones, secretos y espionaje en un Japón feudal. Seizo es un niño que pierde a todo su clan. El único que queda es Kenzaburo, su maestro con el que inicia un largo camino hacia la venganza. Ekei es el otro protagonista. Un doctor cuyas técnicas occidentales le valdrán de habilidades para infiltrarse en tierras enemigas y peligrosas. Los capítulos estan llenos de intriga y desazón, y así como puede haber paz en varios de ellos, la acción y batallas se despliegan en los siguientes. Un verdadero equilibrio. Hay que admirar la manera en que el autor escribió esta historia, a través de gratas pistas que desorientan al lector y que cubren el verdadero centro de la cuestión. Además del lenguaje tan poético, con diálogos dignos de recordar y la descripción de paisajes que abundan en tal contexto. Uno de los mejores plot twist que leí en mi vida. Completamente inesperado, y así es como definiría esta obra. Es un libro largo pero tan avasallador que provoca una vibración en tu interior y un deleite a los ojos. David Gil tiene mi completa admiración.
Que decir de este libro que no se haya dicho ya. Sin dudas de lo mejor que he leído. Japón Feudal, dos personajes principales, dos tiempos y sin ninguna conexión aparente, el autor nos adentra cada vez mas en su telaraña y no nos suelta en ningún momento. El ritmo es perfecto, todos los cabos quedan bien atados, nada queda fuera de lugar, todo personaje que aparece deja su marca y nada es lo que parece con la mayoría de ellos. El autor escribe muy bien, vas leyendo y te sentís en esos paisajes, con ruidos y aromas, el entrechocar de las katanas y sufrís con cada uno de los personajes además yo sentía cuando leía que estaba leyendo algo parecido a una poesía, muy armonioso. En principio pueden asustar los nombres de los personajes y de los clanes, pero en el transcurrir del libro, si bien no aprendes a pronunciarlo, si sabes de que personaje está hablando el autor. En definitiva, "El guerrero a la sombra del cerezo" es de lo mejor que se puede encontrar en novela histórica por su ritmo, ambientación, personajes e historia. ¡RECOMENDADISIMO!
"La voluntad de un hombre es un fuego que puede arder de improviso con suma violencia si se encuentra el combustible adecuado." Prodigioso estudio de documentación de David B. Gil para trasladarnos al Japón feudal de finales del siglo XVI en una ficción histórica de valor, venganza y traiciones donde cada página es puro deleite. Como una película de Kurosawa o Mizoguchi, a veces se lee y se imagina en ese blanco y negro depurado de los filmes clásicos japoneses, la obra de Gil es una novela cruda y bella, cargada de matices, un viaje inolvidable a un país que ya no existe. Incluso en la Era de los Estados en Guerra, donde la paz y la devastación se debate en una delgada línea, florecen los más hermosos cerezos. Hermosos por fuera pero que esconden más de un venenoso secreto en sus raíces. Su narrativa a veces peca de ser demasiado descriptiva, elemento que puede ralentizar su lectura, pero el autor no da puntada sin hilo y resulta ser imprescindible para ambientar la acción o plantear el puzle de personajes. El guerrero a la sombra del cerezo resulta una novela excelente, su documentación y ambientación para quitarse el sombrero. Sin desmejorar su interesante historia que aúna aventuras, acción y suspense para presentar una narración ágil y cargada se sorpresas. Un libro que lo tiene todo para engrosar mi biblioteca de novelas imprescindibles.
EL GUERRERO A LA SOMBRA DEL CEREZO Hay novelas que desde el autor, su título, su origen hasta su ambientación son concebidas para ser gloriosas, épicas. Y está más que justificada su puntuación, ya que su autor, David Gil, se ha dedicado a hacer un trabajo majestuoso bien documentado, mezclando la ficción con una historia mítica, la historia del Japón Feudal del siglo XVII, donde existían los clanes y la famosa era del Shogunato (Dictadores), cuyo régimen dominó la política por la fuerza (Samuráis) durante la mayor parte de la historia japonesa entre 1192 y 1867. La cultura oriental (Japonesa) siempre ha sido de interés de estudio, tanto los detallistas y minuciosos en cada una de las cosas que hacen son de reproducir. Y no es para menos que esta novela goza de popularidad porque se han recogido una diversidad de detalles interesantes, un Japón descrito de manera sublime pero crudo, en una trama ficticia pero mezclada con una época real, que le da el matiz de una realidad increíble. Tanto su grandioso argumento, la trama y la velocidad de narración son perfectas, los personajes, intriga, acción, el honor, el sentido de la Justicia, las batallas y tensión son el corazón de esta cautivadora novela que nos hacer ver una historia a simple vista sencilla: un joven se ve forzado a escapar, luego de que lo despojado de su castillo, herencia, familia y amigos, pero comienza un largo camino en busca de venganza. Lo más interesante es que vamos viendo dos historias en apariencia, totalmente independiente una de la otra, la historia de Seizô Ikeda y su maestro, buscando la forma de huir de Izumo por temor a ser asesinado, por un lado, y por el otro, un extraño médico que utiliza unas técnicas de curación muy extrañas, trabajando para el clan Shimizu, que el autor va narrando entre capítulos, pero que bien desarrollados, no dan espacio a cabos sueltos, mantienen la sorpresa y tensión hasta el final, en un libro de mediano tamaño (771 páginas) que no suponen esfuerzo alguno. He disfrutado bastante esta historia, con un libro que perfectamente puede ser digerido por los que gustan de la cultura de Japón, pero que sin lugar a dudas no dejará de sorprender a todos aquellos que quieran debutar en el género de la ficción histórica. ¿Que si la recomiendo? Seguro que SI!!!!
¡SUBLIME!El Japón feudal, un país y una época desconocidos para mí hasta ahora, he viajado por lugares maravillosos acompañada de un sinfín de personajes, con nombres "imposibles". Una trama perfecta, llena de intrigas y conjeturas que por un lado o por otro te acaba sorprendiendo. Una narración que atrapa y no te deja parar sin saber más... Recomiendo por supuesto su lectura, eso sí con un cuaderno para anotar, aunque para mí es un 10 , si fuera acompañado de un mapa y una pequeña guía se disfrutaría aún más. Gracias a Aleisa, Chelo, Fiura, Rafa y Joana por los buenos y divertidos ratos que he pasado en esta conjunta ¡sois geniales compis!
Hay muchos libros que puntúo con 5 estrellas, porque cada uno en su estilo y género me ha gustado y se las ha ganado. Pero entonces llega a tus manos un libro como este y te faltan estrellas, porque te gustaría distinguirlo del resto de alguna manera. En EL GUERRERO A LA SOMBRA DEL CEREZO he encontrado historia, aventuras, venganza, traiciones, amor, lealtad… no le falta nada, y todo magníficamente hilado y narrado. Sin duda es una de las mejores novelas que he leído. De la mano de sus maravillosos personajes, he recorrido el Japón feudal de finales del siglo XVI y principios del XVII, y he conocido a los señores feudales de los distintos clanes que en un supuesto periodo de paz, luchan por el poder si no a golpe de espada, sí mediante traiciones y artimañas, siempre arropados por sus leales samuráis. Narrada en dos tiempos, nos cuenta dos historias paralelas y aparentemente inconexas, cuyos principales protagonistas son Seizo Ikeda, único superviviente de su clan, y Ekei Inafune, un médico que se ve envuelto en la intriga de poderosos clanes. Ambas historias se alternan capítulo a capítulo, poco a poco van conectando, y a medida que descubres esas conexiones ya no puedes dejar de leer. Esta novela me ha enganchado desde el principio, las más de 700 páginas que tiene el libro se me han hecho cortas, y he sentido verdadera pena cuando he leído la palabra fin, porque no quería despedirme de sus personajes, todos ellos maravillosos. Una gran y bellísima historia cuya lectura recomiendo.
El valor de una persona no se mide por sus buenas intenciones, sino por su capacidad de llevarlas a cabo.
Un hombre con una causa en la que creer, es una fuerza tan inmutable como el curso de un río.
Ocurre sin embargo, que a veces los perros famélicos y apaleados, se tornan en lobos al verse acorralados.