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Sinopsis de EL GRAN SERTON: VEREDAS

"Gran Sertón: Veredas" se publicó en Brasil en 1956, transformándose en un clásico instantáneo y al mismo tiempo indefinible. En palabras de su autor “es tanto una novela como un largo poema”. João Guimarães Rosa ya era considerado uno de los autores más originales de la literatura brasileña después de la edición de los relatos de "Sagarana", en 1946 (publicado por primera vez en castellano en 2007 por Adriana Hidalgo editora), pero con la aparición de "Gran Sertón" se convirtió en uno de los escritores brasileños más conocidos universalmente. Novela cuyo escenario es el sertón –un área geográfica situada al nordeste del Brasil que figura en la literatura brasileña como una concepción de la identidad nacional–, la trama está constituida por un largo e ininterrumpido monólogo que el yagunzo Riobaldo le relata a un médico urbano. Se trata de un yagunzo (“un valentón asalariado que está ligado a la idea de prestación de servicios, típica en las disputas grupales o familiares” según Antonio Candido) que durante una etapa de su vida fue maestro. Su condición de maestro torna verosímil un monólogo cargado de citas, referencias y ecos de la literatura universal: desde el infierno dantesco a la urbs joyceana, pasando por la leyenda de Fausto y la literatura de caballería. Con este monólogo, Guimarães Rosa evocó una realidad particular, de una forma tan minuciosa y exhaustiva que –por la radicalidad de su lenguaje– logró anular el pintoresquismo alcanzando reverberaciones universales. Y al mismo tiempo resulta ineludible en toda discusión sobre la literatura latinoamericana que articule aspiraciones experimentales y la definición de una identidad regional. La mejor caracterización del sertón de Rosa la da el propio Riobaldo: “Sertón es el mundo”. Poco tiempo después de ser publica

3 reseñas sobre el libro EL GRAN SERTON: VEREDAS

Tal vez, como toda obra magna, hay que darle un tiempo para entender el estilo del autor y lo que intenta generar a través de la escritura. Con un estilo propio y un relato magnético, se cuenta la historia de un hombre y su paisaje y las vicisitudes que va viviendo en un tipo de guerra muy particular. Con reminiscencias de Joyce, Homero y hasta José Hernández, una vez que se entra en el nudo de la historia es difícil abandonarlo. El final es muy bueno.


“Contar es muy, muy dificultoso. No por los años que pasaron. Sino por la astucia que tienen ciertas cosas pasadas, de balancearse, cambiarse de lugares. ¿Lo que dije fue exacto? Fue. ¿Pero habría sido? Ahora, pienso que no. Son tantas horas de personas, tantas cosas en tanto tiempo, todo menudo recruzado”. Es fácil perderse en el caudal de dichos y modismos e historias que conforman este largo monólogo: la épica de Riobaldo desde que se hace yagunzo hasta que se convierte en el jefe Yarará Blanca. Es una historia de viajes por un paisaje vastísimo; de guerras marcadas por lealtades, traiciones y venganzas; del amor que su protagonista siente por uno de sus compañeros, y, sobre todo, de la lucha por conservar su alma. Este libro todo un reto porque su narrador no solo tiene una voz complejísima, sino porque también puede ser muy digresivo: empieza a contar una historia, se interrumpe, cuenta otra, vuelve a la primera, salta de nuevo pero a otro tiempo. Y así hasta que por fin todas toman un mismo curso. Quizás al principio es difícil seguirle la corriente, pero, una vez que te agarra ya no te suelta más.


“Todos tiraban del mundo hacia sí mismos para arreglar lo arreglado” Joao Guimarães Rosa La obra Gran Sertón: Veredas de Joao Guimarães Rosa está contada de una forma muy peculiar, se lleva a cabo a través de un narrador puente, es decir, la novela está desarrollada a través de un monologo en donde hace referencias de ecos —de diversos temas de la literatura universal— se menciona el bien y el mal; a modo de representar el infierno de Dante, del alma, de la literatura de caballería y un poco de la naturaleza. El autor maneja algunos elementos que son repetidos con frecuencia, en primera estancia hace el uso del punto y coma de manera muy constante: “Bien despacio, a todo bicho o criatura pequeña que agarra; una vez, encontró a una criolla borracha perdida, durmiendo; cogió un cascote de botella, le corto en tres sitios la pantorrilla” (p.17), a modo de complemento también utiliza muchas preguntas juntas: “¿La Huerta Grande? ¿Cómo pueden remover unos nombres así? ¿Está usted de acuerdo?” (p.38), sin embargo esto logra un efecto de convertir el texto en un dialogo en donde se quiere convencer del punto de vista de algo. También cuenta con fragmentos que hacen un poco difícil la lectura, ya que hace que las palabras de una oración no sean entendidas del modo habitual ya que se desarrolla con una construcción en la alteración del orden sintáctico.


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FRASES DEL LIBRO EL GRAN SERTON: VEREDAS

Cuanto más ando buscando personas, más parece que entro en la soledad del vacío


Publicado porLector de Colectivo

Digo: lo real no está ni en la salida ni en la llegada: donde uno lo ve es en medio de la travesía


Publicado porLector de Colectivo

Vengar, digo al señor, es lamer frío lo que otro cocinó demasiado caliente.


Publicado porLector de Colectivo

Hay horas antiguas que están mucho más cerca de nosotros que otras de fecha reciente


Publicado porLector de Colectivo