Esta novela inspirada en la vida de San Pablo nos acerca al lado menos notorio de este hombre, al ser humano, al Saulo de Tarso que había antes del apóstol, un personaje lleno de claroscuros, de dudas y de contradicciones al que la autora trata con la mayor delicadeza, pero también con todo el rigor histórico. En efecto, frente a la tradicional visión de los Apóstoles como seres irreprochables, Taylor Caldwell nos desvela que podían llegar a ser intolerantes en su afán proselitista. De hecho, las dudas que albergaba Pablo en su interior le llevaron a perseguir a los primeros cristianos, antes de quedar él mismo iluminado. Entonces, tras la revelación de su destino, y arrepentido por su comportamiento pasado, dedicó su vida a Dios, convirtiéndose en el Apóstol de los Gentiles.
Puedo decir ahora que conozco el lado sensible de un ser humano que paso por muchas pruebas, de Fé, emocionales, físicas, políticas, sociales. Caldwell nos muestra todas las facetas que al final un hombre pasó para convertirse como muy bien dice en el Gran León de Dios.
Sin duda alguna esta historia demuestra la magnificencia del llamado que Dios hizo en su momento a sus Apóstoles, a sus seguidores. Se delinean claramente esas actitudes humanas características del Apóstol Pablo desde su niñez, hasta su etapa adulta.