Decir que EL GORRIÓN ELEGIDO constituye, al par que una gran novela, un apasionante "documento humano" no es incurrir en un lugar común. Porque la historia de Leni Neumann, muchacha judía crecida en una prisión alemana, da testimonio de una realidad tejida con elementos dramáticos sabiamente alternados a lo largo de la peripecia documental.
Una mano larga de huesos finos jugaba con el pimentero. Pálidas pecas salpicaban la piel.