El autor plantea la imposibilidad de concebir la historia humana como una desarrollo único. Entonces el objetivo es vivir positivamente esta pérdida de unidad, como tarea de la cultura. Jean- François Lyotard sugiere dejar de lado las metahistorias que han predominado durante siglos: la idea del desarrollo económico indefinido, el ideal de la democracia burguesa. Todas estas teleologías han sido refutadas por unos acontecimientos demitificadores de nuestro siglo.