El año: 1948, pasada ya la época de la Ley Seca, pero en un mundo en el que aún hay cientos de oportunidades para negocios más bien ilegales. La ciudad: Los Ángeles, donde florecen los clubes nocturnos y la juerga de la posguerra.
Novela corta, entretenida y sin mayores pretensiones, lo cual se agradece. El mayor mérito recae en la elección del protagonista, un afroamericano ex-combatiente de la II Guerra Mundial, a través de cuyos ojos nos sumergimos en la marginalidad y el racismo imperante en la Norteamérica de los años 50.
Novela policíaca, de corta extensión y fácil de leer. Recomendable para leer entre lecturas más exigentes.