El drama del individuo con gran corazón encerrado en un cuerpo que da risa. El cuento narra la celebración del duodécimo cumpleaños de la infanta. Para dicha ocasión actuó ante ella un enano deforme muy feo, el cual hizo que la infanta se riera y disfrutara muchísimo. Tanto disfrutó que quiso que actuara solo para ella más tarde. El enano, que no era consciente de su aspecto físico, al saber la noticia se puso muy contento, pensando que le gustaba a la infanta y llegando a hacer planes para llevársela al bosque con él para actuar siempre para ella. El enano, al pasear por palacio en busca de la infanta, encontró una sala en la que había un espejo y en él, un horrible monstruo, que no era más que su mismo reflejo. Cuando el enano se dio cuenta de que era él aquella bestia fea y deforme, y de que el placer de la princesa no era debido a su danza sino a su fealdad, cayó desplomado. Cuando la princesa lo encontró, le ordenó que bailara para ella de nuevo, pero el enano yacía muerto. La princesa preguntó por qué el enano no se movía. El chambelán le contestó que porqué se le había roto el corazón. La princesa muy triste, dijo que a partir de entonces no entraría nadie al palacio con corazón.
Esto es triste, me sentí muy triste por este enano, Oscar Wilde, otra vez, hizo un increíble trabajo con este cuento.
La intención del cuento es interesante, y realmente al final logra transmitir un mensaje profundo, pero siento que dio una narrativa aburrida e innecesaria para llegar al punto clave de la historia.
Aquí, en el palacio, el aire estaba enrarecido, pero en el bosque corría con libertad el viento, y la luz del sol, con vagabunda mano de oro, apartaba las hojas trémulas.