El crimen de la escritura trata sobre el engaño y la confianza. Los falsificadores juegan con los textos y las identidades como los magos con nuestro reloj y nuestra credulidad. El libro recorre los servicios políticos, religiosos e históricos que las falsificaciones han prestado a la comunidad y da cuenta, además, del deseo de los escritores de ir más allá en su creación de mundos posibles para que la ficción suplante a la realidad. Las falsificaciones, que reescriben y revisan lo que conocemos y nos conforma, atentan contra el orden establecido, contra la historia y contra la historia literaria. Espías, escritores y eruditos, como Lope de Vega, Miguel de Molina, Cervantes, Moratín, Bécquer, Menéndez Pelayo, Lasso de la Vega, Machado o García Lorca, son algunos de los implicados en estos crímenes.